El sector turístico argentino proyecta una temporada de verano con mayor ocupación que la anterior.
Con la persistente tendencia de reservas de último momento que limita la previsibilidad, en un contexto de recuperación gradual postelectoral y fuerte competencia con destinos limítrofes.
Recuperación postelectoral y el hábito de las reservas tardías
Según informó Infobae, los operadores turísticos observaron un repunte en la demanda luego de las elecciones legislativas, aunque la ocupación continúa en niveles bajos. Aldo Elías, vicepresidente de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT), explicó que «desde la pospandemia persiste una práctica que ya se convirtió en tendencia: las reservas de último momento». La ventana de decisión para viajar, especialmente en destinos de corta y media distancia, se ha reducido significativamente, aunque los empresarios mantienen el optimismo: «Creemos que tendremos una mejor temporada que el año pasado», afirmó Elías.
Desempeño dispar por regiones: Patagonia lidera, costa atlántica rezagada
El relevamiento de la AHT muestra un panorama heterogéneo según las regiones. La Patagonia espera una temporada marcada por el impulso del turismo internacional, con localidades como Calafate, Chaltén y Ushuaia mostrando indicadores favorables. Bariloche y Villa La Angostura anticipan un promedio del 70% de ocupación. En contraste, la Costa Atlántica enfrenta dificultades: Mar de las Pampas acumula solo un 30% de reservas para enero, con una reducción de entre 15% y 20% comparado con 2025. El corredor Pinamar-Cariló también muestra un desempeño inferior al de temporadas anteriores.
Competencia con el exterior y perspectivas de destinos clave
La depreciación del peso en relación al verano anterior contribuye a desalentar los viajes al exterior y favorece el ingreso de turistas internacionales. Andrés Deyá, presidente de Faevyt, destacó que «las reservas para la temporada de verano comenzaron a reactivarse en las últimas semanas, tras las elecciones, y todo indica que anticipan una temporada muy buena». Sin embargo, Mendoza atraviesa una situación compleja por la competencia de precios con Chile, mientras que Salta encara una temporada difícil con niveles de reservas que no superan el 30% en algunos hoteles.
El sector turístico enfrenta el desafío de captar viajeros en un contexto donde las decisiones se toman cada vez más cerca de las fechas de viaje, mientras compite con destinos internacionales que resultan atractivos por su relación precio-calidad, aunque la estabilidad política postelectoral y las promociones de financiación aparecen como factores que podrían impulsar una recuperación durante la temporada estival.




