Unos 250.000 inmigrantes venezolanos pierden este viernes su Estatus de Protección Temporal (TPS) en Estados Unidos, quedando expuestos a deportación.
La medida, impulsada por el gobierno de Donald Trump y avalada por la Corte Suprema, genera desesperación en la comunidad venezolana.
«Una situación de terror» para las familias venezolanas
Adelys Ferro, directora ejecutiva de Venezuelan American Caucus, describió el escenario como «una situación de terror». Según declaró a la cadena CNN, la activista explicó que «las personas están en un estado de desesperación para obtener algún tipo de legalidad». Muchos inmigrantes ya han perdido sus empleos, ya que para los empleadores «no es rentable saber que en una semana se queda sin empleado».
Las opciones legales se reducen drásticamente
El abogado migratorio Haim Vásquez detalló que «al quedarse sin estatus, quedan sin cualquier tipo de oportunidad para mantener una protección migratoria». Aunque algunos miles que renovaron entre enero y febrero mantendrán permisos hasta 2026, la mayoría queda en situación irregular. El asilo se presenta como alternativa compleja, pues requiere demostrar persecución y los tribunales han endurecido los criterios.
Consecuencias devastadoras más allá del estatus migratorio
La pérdida del TPS afecta múltiples aspectos de la vida cotidiana. Los venezolanos pierden el derecho a trabajar legalmente, mantener licencias de conducir, acceder a créditos y conservar seguros de salud. Ferro destacó el drama de familias que podrían ser separadas: «padres y madres que pierden el TPS y arriesgan una deportación, con hijos nacidos en EE.UU.».
Mientras algunos consideran el retorno voluntario con incentivos de US$1.000, muchos descartan volver a Venezuela por temor a la persecución del gobierno de Maduro. La incertidumbre marca el futuro de una comunidad que deberá navegar un complejo laberinto legal para regularizar su situación en Estados Unidos. Información extraída del medio CNN.




