La Cámara de Diputados aprobó un proyecto que, si el Senado lo ratifica, reduciría su pena de 27 a solo 2 años de cárcel.
En una sesión nocturna cargada de tensión, la Cámara de Diputados de Brasil dio un paso crucial que podría cambiar radicalmente el futuro del expresidente Jair Bolsonaro. Con 291 votos a favor, 148 en contra y una abstención, los diputados aprobaron en la madrugada de este miércoles un proyecto de ley que busca reducir drásticamente su condena de 27 años de prisión a poco más de 2 años. La información, que detalla el complejo proceso legal y político, fue reportada originalmente por la agencia internacional Deutsche Welle (DW).
El proyecto, impulsado por aliados del líder ultraderechista, ahora deberá ser discutido y votado en el Senado Federal. De ser ratificado, beneficiaría no solo a Bolsonaro, quien se encuentra tras las rejas desde finales de noviembre, sino también a otros altos cargos militares y exministros condenados por su participación en los intentos golpistas.
Los tres mecanismos clave de la reducción de pena
La propuesta, presentada como una medida de «reconciliación» por el diputado ponente Paulo Pereira da Silva, busca «corregir los excesos» en las sentencias del Supremo Tribunal Federal (STF). Su articulado se basa en tres pilares que, combinados, logran el drástico recorte de la condena.
En primer lugar, impide que se acumulen las penas por dos de los delitos por los que fue condenado: «intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho» (hasta 8 años) y «golpe de Estado» (hasta 12 años). Al considerar que son delitos similares, solo se aplicaría la pena más grave, la de golpe de Estado.
En segundo término, reduce la pena entre un tercio y dos tercios cuando los crímenes golpistas son cometidos por una «multitud», como ocurrió durante el asalto a las sedes de los tres poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023. Finalmente, el proyecto permite una progresión más rápida del régimen cerrado al semiabierto, tras cumplir solo una sexta parte de la pena.
Una sesión marcada por la confrontación y el debate nacional
La aprobación generó fuertes polémicas y tensión. Diputados oficialistas criticaron la votación. Lindbergh Farias, del PT, la llamó un «abrazo al golpismo». En varios momentos, la sesión se volvió caótica. Hubo empujones entre legisladores y seguridad. Un diputado de izquierda incluso ocupó la silla de la presidencia. Lo hizo como protesta. La seguridad lo retiró luego a la fuerza.
Los aliados de Bolsonaro querían una amnistía total al principio. Al final, aceptaron una versión más moderada. Sóstenes Cavalcante, su líder en la Cámara, dijo que este era el texto «posible». Aseguró que el expresidente lo apoyaba. Bolsonaro sigue negando que hubiera un intento de golpe. Él acusa al Supremo Tribunal Federal (STF) de actuar por motivos políticos.
Un país dividido a la espera del veredicto del Senado
El proyecto de ley trasciende la figura de Bolsonaro y se ha convertido en un nuevo frente de batalla en la profunda polarización que vive Brasil. Para el gobierno de Lula y sus partidarios, representa un retroceso peligroso en la rendición de cuentas por los graves eventos del 8 de enero y un mensaje de impunidad para futuras acciones contra la democracia.
Para los seguidores del expresidente, es una corrección necesaria a lo que consideran una persecución judicial y una pena desproporcionada. El Senado será ahora la arena definitiva donde se decidirá si Brasil aplica una lógica de «reconciliación» mediante la reducción de penas o mantiene la severidad de las condenas como un escarmiento ejemplar. La decisión marcará un precedente histórico sobre cómo el país juzga y sanciona los ataques a sus instituciones democráticas.




