La eliminación en semifinales frente a Racing desnudó la profunda fragilidad de Boca Juniors.
En un contexto de crisis, la continuidad de Claudio Úbeda y un plantel con serias deficiencias exigen decisiones urgentes para revertir el rumbo.
Derrotas que destapan una crisis estructural en Boca
Tras el fuerte golpe ante Racing y el polémico cambio de Cristian Medina por Luca Langoni, que derivó en la expulsión de Luis Advíncula, Boca Juniors enfrenta una realidad crítica. La eliminación, según un análisis del publicado en TyC, es solo la punta del iceberg de un club con una estructura «frágil y endeble». Este 2025 suma tres duras derrotas como local –ante Alianza Lima, Independiente y Racing– y confirma el tercer año consecutivo sin títulos, algo no visto desde el período 2008-2011.
Los hinchas ya no sienten «bronca deportiva», sino preocupación por una institución que parece colapsar ante cada resultado adverso. La ilusión desmedida generada por alguna racha positiva, como la que llevó al equipo a semifinales, choca una y otra vez con «un baño de realidad».
La primera deuda: un entrenador a la altura y una «gran escoba» en el plantel
El primer punto de conflicto es la dirección técnica. Aunque se confirmó la continuidad de Claudio Úbeda, existen fuertes cuestionamientos sobre si sus credenciales son suficientes para un club de la magnitud de Boca. Su continuidad se basó en «argumentos frágiles»: algunas determinaciones acertadas, una racha de victorias y el apoyo del plantel, encabezado por Leandro Paredes. Para muchos, esto es «demasiado poco».
El verdadero desafío, entonces, será una depuración histórica del plantel. La dirigencia enfrenta la presión de «conformar un equipo a la altura», algo que se posterga hace años. El banco de suplentes no ofrece alternativas reales y las incorporaciones recientes han sido, en gran medida, un fracaso. Se cuestiona la llegada de jugadores como Nicolás Lema, Juan Alarcón, Ezequiel Miramón o Lucas Blondel –prácticamente «borrado» del equipo–, así como la continuidad de figuras que no rinden conforme a lo esperado.
¿Hay una base para construir el futuro?
Pese al panorama desolador, existe un núcleo sobre el cual construir. Leandro Paredes es señalado como el principal responsable del salto de calidad y del rendimiento colectivo que llevó al equipo a semifinales. Además, se consolida una dupla juvenil prometedora en la defensa con Lautaro Di Lollo y Ayrton Costa.
Sin embargo, las necesidades son urgentes y claras: la prioridad es un arquero titular que brinde seguridad, un centrodelantero de jerarquía y un cambio de esquema táctico, abandonando el obsoleto doble ‘9’. El tiempo apremia para un club que, según el análisis, actúa sin un proyecto sólido y con alarmante inestabilidad. La conformidad con solo clasificar a la Libertadores es «demasiado poco» para los pergaminos de Boca Juniors.




