Impulsada por Vaca Muerta, Argentina alcanzó el mayor superávit energético de su historia y la máxima producción de petróleo mensual desde 1907. El país consolidó un cambio estructural de déficit a generador de divisas.
Argentina marcó un hito doble en su sector energético. Durante los primeros diez meses de 2025, el país acumuló un superávit comercial energético de 6.068 millones de dólares, superando el total de todo el año 2024. En paralelo, el mes de octubre registró la mayor producción mensual de petróleo desde que existen estadísticas oficiales, con un promedio de 859.500 barriles diarios. Estos datos, difundidos por la Secretaría de Energía de la Nación, confirman el rol transformador del desarrollo no convencional de Vaca Muerta y su impacto en la economía.
Vaca Muerta, motor del récord petrolero nacional
El récord de producción de petróleo tiene una explicación clara: Vaca Muerta. Durante el mes de octubre, la formación neuquina aportó 567.500 barriles por día, lo que representa exactamente dos de cada tres barriles producidos en todo el país (el 66%). Este volumen permitió compensar ampliamente el declive de los pozos convencionales y catapultar la producción nacional a su nivel más alto en 118 años de actividad petrolera.
La provincia de Neuquén, epicentro del desarrollo, también celebró su propio récord histórico al alcanzar una producción de 587.190 barriles diarios. El crecimiento sostenido de los últimos años, impulsado por un marco regulatorio más estable y una creciente participación de inversiones privadas, está dando sus frutos. La combinación de mayor producción, reglas claras y competitividad exportadora explica, según la Secretaría de Energía, el salto cualitativo del sector.
De déficit estructural a principal generador de divisas
El superávit energético de 6.068 millones de dólares entre enero y octubre no es un dato aislado. Marca la consolidación de una transformación estructural. Por más de una década, el sector energético argentino fue sinónimo de déficit crónico, requiriendo importaciones costosas de gas y combustibles que drenaban las reservas del Banco Central.
Hoy, la ecuación se invirtió. El sector pasó a ser una de las principales fuentes de generación de divisas para el país, junto con las exportaciones agroindustriales. Este cambio se sustenta en el incremento de las exportaciones de gas y petróleo, potenciadas por los volúmenes récord de Vaca Muerta y por una mejora en los precios internacionales relativos. El sector energético se consolida así no solo como un pilar de la balanza comercial, sino también como un dinamizador clave de inversiones y empleo a lo largo de toda su cadena de valor.
Con estos resultados, Argentina demuestra la viabilidad de su apuesta por el desarrollo de los recursos no convencionales. El desafío ahora es sostener este crecimiento en el tiempo, asegurando la infraestructura de transporte y exportación necesaria para que Vaca Muerta continúe siendo el motor energético de la próxima década. Informo el medio Ámbito.




