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Un hombre mató a su mujer y después falleció al chocar contra un camión. El nuevo femicidio se produjo en Guatimozín, a 370 kilómetros de la ciudad de Córdoba , y el choque fue en la ruta 8 entre Arias y la localidad santafesina de Maggiolo.

En la camioneta Peugeot Partner que chocó contra un camión, el personal policial halló un cuchillo ensangrentado. Patricia Yaneta, la víctima, de 42 años, fue hallada muerta en su casa. Su pareja -quien conducía el Peugeot- era Claudio Alarcón, de 48.

Yaneta tenía dos hijos y fue encontrada degollada en su casa. El accidente en el que murió su presunto asesino se produjo alrededor de las 7. Los investigadores no descartan que Alarcón haya buscado suicidarse. El auto quedó totalmente destrozado.

La camioneta de Alarcón circulaba en sentido oeste-este y se cruzó de carril y chocó de frente con un camión Iveco con acoplado que desde la zona de Venado Tuerto se dirigía hacia Arias.

 

La Nación

Lisa y un amigo comenzaron a investigar y descubrieron que se llamaba Mark Kennedy, que tenía dos hijos y que vivía en Irlanda. Era policía y pertenecía a un grupo de agentes que se infiltraba en diversos grupos para tenerlos controlados.

La historia real de Lisa, un nombre ficticio para la ocasión, es tan surrealista que no es difícil de creer aunque sea en un film. La mujer es una activista medioambiental que llevaba seis años saliendo con su pareja, Mark Stone, cuando se fueron de viaje por Italia. Alquilaron una furgoneta y todo iba bien hasta que ella abrió la guantera para buscar sus gafas de sol y destapó la caja de Pandora: el pasaporte de Mark decía que se apellidaba Kennedy y que tenía hijos. ¿Quién era su novio?

Mark había conocido a Lisa en 2004 como voluntario en la misma red de activistas. Le dijo que era escalador y comenzaron una relación amorosa. Nunca le presentó a su familia, según él porque tenía mala relación con ellos. Entraba y salía de su vida con excusas varias, pero hasta que no descubrió su pasaporte no fue capaz de entender lo que pasaba.

Lisa y un amigo comenzaron a investigar y descubrieron que se llamaba Mark Kennedy, que tenía dos hijos y que vivía en Irlanda. Era policía y pertenecía a un grupo de agentes que se infiltraba en diversos grupos para tenerlos controlados. Sin embargo, llevaban su trabajo mucho más lejos: estableciendo relaciones personales y amorosas de años de duración basadas en una gran mentira.

La BBC ha sido capaz de conseguir el testimonio de dos de las mujeres que fueron engañadas por la policía y expresan una palabra terrible, la de violación: «Me resulta difícil pensar en esas palabras, pero en realidad creo que eso fue lo que sucedió. Lo que también me hace sentir aún más violada es que este engaño, esta relación, este abuso, no solo fue perpetrado por una persona. No solo fue algo entre Mark y yo, todo el departamento de policía estaba implicado».

Este abuso no sólo fue perpetrado por una persona. No fue algo entre Mark y yo, todo el departamento de policía estaba implicado

Rosa, otro nombre ficticio, sufrió una experiencia similar. Ella era activista política y conoció a Jim en un pub de Londres: «Fue demasiado intenso para mí. Sentí que podía olvidarme hasta de respirar. Parecía mi alma gemela, una especie de prototipo que ni siquiera sabía que estaba buscando». Pero Jim tampoco era el príncipe azul que prometía ser.

Tras diez meses de relación en los que se llegaron a plantear irse a vivir a Gales, Jim dijo a Rosa que necesitaba un tiempo y que se iba a hacer un viaje solo por Turquía, Siria y Sudáfrica. Pero Rosa sospechó y decidió ir en su búsqueda con los pocos datos que tenía. Le buscó por Sudáfrica, pero le encontró donde menos le esperaba: en el sur de Londres y trabajando en una comisaría: era policía.

Jim confesó, pero su caso es aún peor: contó a Rosa que sí la quería, sí apoyaba sus causas políticas y quería vivir con ella. Rosa estaba totalmente enamorada de su Jim y le creyó, por lo que se casaron: tuvieron dos hijos, pero la relación dejó de funcionar, según ella porque era muy controlador, y finalmente se separaron.

Estos y otros casos provocaron la caída de una red ilegal de policías que trabajaban encubiertos en el Reino Unido. Y, curiosidades de la vida, la secretaria de Interior del Gobierno británico era, por aquel entonces, la hoy Primera Ministra, Theresa May.

Las mujeres que denunciaron los hechos están recibiendo ahora indemnizaciones por lo sucedido, pero aseguran que nadie les devolverá los años que pasaron engañadas por instituciones gubernamentales. La propia policía de Gales asegura que sus agentes nunca deberían haber mantenido relaciones con sus objetivos y que «abusaron de su posición».

Telefé Noticias

El sujeto fue condenado a 13 años y cuatro meses de prisión considerado responsable de tentativa de homicidio. El hecho se suscitó cuando este le exigía a su pareja que le diga con quién hablaba a través de mensajes de texto. El hombre le efectuó tres disparos en el abdomen poniendo en serio riesgo su vida. Ahora pide que se revean los términos de la sentencia.

Esta mañana se concretó en la sala de la Cámara en lo Penal local, integrada por los jueces Martín Montenovo, Guillermo Müller y Daniel Pintos, la audiencia de impugnación de sentencia por el ilícito acontecido el pasado 10 de agosto de 2017 en el Barrio Los Tres Pinos de nuestra ciudad. Cabe señalar que el pasado 25 de octubre un tribunal colegiado, luego de efectuado el debate correspondiente, condenó a E. D. M. la pena de 13 años y 4 meses de prisión, luego de haberlo declarado penalmente responsable de “tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por ser cometido contra una persona que mantiene una relación de pareja”.

Ahora la audiencia de impugnación fue solicitada por la defensa, en cabeza de Guillermo Iglesias, quien requirió a los jueces de Cámara se modifique la calificación legal por una menor. En tanto que la fiscal, María Laura Blanco, pidió se mantenga la sentencia en todos sus términos. Finalmente el tribunal de Cámara dispuso que dará a conocer su resolución el próximo viernes primero de marzo, a las 12.00 horas.

En el marco de la audiencia, en un primer momento el defensor hizo mención a que la sentencia que fue impugnada por un colega precedente, que atacó solamente el monto de la pena, en el recurso. Sin embargo él analizará la sentencia en su totalidad, no solo la pena. No cuestionó la autoría ya que el imputado mismo se pone en el lugar del hecho llevando a cabo esa conducta. Si discute la materialidad porque hay discusión acerca de la cantidad de disparos que recibe la víctima. Nunca tuvo en su plan el imputado dispararle a la víctima con intenciones de causar su muerte, afirmó el defensor. Solicitando se modifique la calificación legal a “lesiones culposas, agravadas por haber sido cometida contra una expareja”. El hecho de llevarla al Hospital es una conducta alejada de haber querido producir la muerte.

Respecto de la pena de 13 años y 4 meses aplicada el defensor dijo que debe tenerse en cuenta el voto de la Dra. Olavarría y que debe partir de 10 años, ya que no se puede agravar un homicidio agravado.

En contraposición la fiscal Blanco consideró que no deberían atenderse los nuevos agravios expuestos por la defensa y solo los de su predecesor, referidos al monto de la pena. La sentencia es clara en que se han acreditado dos disparos en el caso. El hecho se inicia con una parte previa, por una presunta infidelidad, se producen amenazas con el arma de fuego. Los jueces entendieron que las amenazas previas existieron, pero por una cuestión de congruencia, luego las descartaron. Ella nunca pensó que el imputado la iba a lastimar. Los jueces en atención a que hubo dos disparos, consideraron que los mismos no pudieron ser accidentales, es decir que no se le escapó el disparo.

El imputado al final del juicio acepta su responsabilidad den el hecho, pero dice que no fue intencional. Si bien intentó salvarla, llevándola al Hospital intentó en el viaje descartar el arma, argumentó la fiscal. La calificación jurídica a la que han arribado los jueces del tribunal de juicio, es la correcta. Solicitando se sostenga el voto mayoritario del tribunal pidiendo se mantenga la sentencia en todos sus términos, tanto en el calificación legal como en la pena de 13 años y 4 meses impuesta.

El ataque

El hecho juzgado acontece el 10 de agosto de 2017, entre las 01:30 y las 04:25 horas, la víctima D. A. G. L. se encontraba en su domicilio sito en calle Código 3111 al 500, del Barrio Los Tres Pinos de Comodoro Rivadavia, junto a su pareja, D. E. M., con quien convive hace aproximadamente ocho años, y los cuatro hijos de la pareja, que se encontraban durmiendo. En tales circunstancias, el imputado comenzó a increpar a su pareja, exigiéndole que le diga el nombre de la persona que días antes le había enviado un mensaje de texto. Al no tener respuesta D.E.M. se dirigió a una habitación y regresó con un arma de fuego, y mostrándosela a su pareja le dijo: “ésta es la que va a decidir si vos vivís o no, ahora yo tengo el mando”, tras lo cual apuntó con el arma a la cara y la cabeza de la víctima, exigiendo que le diga quién le había mandado el mensaje. Ante la negativa de la víctima, D.E.M., con claras intenciones de darle muerte, la empujó contra la pared, le apoyó el arma en el abdomen, y efectuó al menos un disparo que ingresó por la zona paraumbilical y salió por la cresta ilíaca derecha, provocando tres lesiones que no pusieron en peligro la vida, con un tiempo de incapacidad laboral estimado en menos de treinta días.

 

El Patagónico