«Esta es la mejor forma de que el PJ gane en primera vuelta. Toda estatalidad tiene treinta por ciento de los votos, de modo tal que Scioli está a quince puntos de ganar la elección presidencial». La frase corresponde a una Elisa Carrió furiosa por la negativa de parte de Unen a aliarse con Mauricio Macri. «Si las fuerzas no peronistas no se unen es posible que el kirchnerismo logre su objetivo de impunidad», advirtió.
Optimista nato, Daniel Scioli cree que no le hacen falta quince puntos más, como sostiene Lilita, sino diez para llegar a los cuarenta y soñar que ningún opositor llegue a los treinta. Incluso, cree que puede llegar a la Casa Rosada si de acá a octubre de 2015 logra sumar seis o siete puntos más a los que imagina tiene como base.
¿En qué basa sus cálculos el gobernador bonaerense? Más allá de los números que aportan las encuestas actuales -que lo ubican en la mayoría de los casos por debajo de los treinta puntos-, Scioli piensa que después de las PASO y cuando todo el oficialismo se encolumne detrás de su candidatura, rondará los 33 o 34 puntos.
Ese ha sido el piso histórico del peronismo y la cifra que rondó el kirchnerismo en sus dos peores elecciones: la de 2009 y la de 2013. Es por eso que la meta principal de Scioli es consolidarse en los 35 puntos. Cree que ese es un objetivo posible y hasta modesto, si logra asegurar el respaldo de todos los gobernadores peronistas y los intendentes más pesados del Conurbano.
En las charlas con los gobernadores y referentes provinciales que definitivamente ya trabajan para su campaña, Scioli insiste que ganar en primera vuelta no es un disparate. Para eso, les repite que tienen que trabajar en mantener la estructura y garantizar esos 35 puntos. A partir de este análisis se entiende mejor la postura ultrakirchnerista que asumió en las últimas semanas, apostando a fidelizar a los propios.
Ahora bien, ¿cómo planea Scioli conseguir esos cinco, seis o siete puntos que le faltarían para llegar a los 40?
El cálculo que hace el mandatario bonaerense es el siguiente: si Cristina sacó el 54% en 2011, hay un 20% del electorado que ya votó al kirchnerismo y que en principio ahora no lo haría. Pero en su imaginación no hay nada que impida que vuelvan a hacerlo. Es decir, es una porción del electorado que no es decididamente antikirchnerista, macrista o radical. Por lo tanto, son votantes factibles de ser seducidos.
De ese 20% de “desencantados”, Scioli cree que necesitará seducir a un tercio, con lo que podría llegar a los 40 puntos. Se trata de una tarea que será ardua, pero aún así el ex motonauta piensa que no es un objetivo descabellado, siempre y cuando la economía no sufra ningún sobresalto muy grande y se mantenga más o menos estabilizada.
En ese contexto, Scioli dice en la intimidad que su principal arma para lograr ese objetivo es lo que lo diferencia de Cristina. Por eso el lema “continuidad con cambios”. El cambio es él, cree el gobernador bonaerense. Además, entiende que ni siquiera es necesario expresarlo porque ya está instalado en la gente.
El resto lo deberá hacer la oposición. Porque los 40 puntos a los que aspira Scioli serán en vano si alguno de los candidatos opositores queda a menos de diez puntos. Es por eso que seguramente el gobernador habrá sonreído ante el fracaso de la gran primaria a la que aspiraban los radicales o cuando esta mañana escuchó las explosivas declaraciones de Carrió contra sus socios de Unen.