os últimos incendios fueron provocados de forma intencional o por descuidos” Es lo primero que expresa Norberto Ovando, licenciado en Ciencias Naturales y presidente de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales, al referirse a los focos ígneos que afectan a la provincia del Chubut. Señala, además, que hasta el momento se deben haber quemado más de 45 mil hectáreas en el territorio provincial durante los últimos tres meses y plantea que se han perdido cerca de 50 millones de dólares en “materia forestal y servicios ecosistémicos”.
Ovando se comunica diariamente con algunos grupos de brigadistas y recibe varios informes referidos a los incendios forestales que afectan al territorio provincial. Es integrante de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (WCPA, por sus siglas en inglés) que depende de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y acaba de calcular -junto a varios profesionales de Chile y Argentina- las consecuencias económicas causadas por los distintos focos. La cifra es enorme: habla de aproximadamente 50 millones de dólares, tras evaluar diversas variables vinculadas al ecosistema local.
En los últimos tres meses en la zona de Chubut se han registrado varios focos. Sólo en el incendio de Cholila -que actualmente se encuentra controlado- se han quemado cerca de 27 hectáreas. En tanto, las llamas también han consumido otras 12 mil hectáreas en El Turbio. Además, desde hace una semana han sido afectadas distintas áreas de bosques, principalmente del Parque Nacional Los Alerces, del Cerro Currumahuida, en la localidad de El Hoyo, de Lago Puelo y Puerto Patriada. En esos últimos lugares, se centra actualmente el trabajo de los distintos grupos de tareas –muchos de los cuales han llegado desde distintas provincias argentinas- desplegados en la zona.
Por Mauro Fernándes
“Los incendios se deben a algunas cuestiones”, plantea el especialista en diálogo con El Diario. “Primero, -continúa- hace varios meses que en la Patagonia se registra una sequía importante, con condiciones climáticas muy extremas. Ante esa situación, no se debería haber permitido la circulación de personas dentro de las áreas protegidas y, a su vez, se tendría que haber realizado un control más estricto en la zona del bosque andino patagónico. Ningún incendio fue provocado por condiciones climáticas.
No hubo en ningún caso un acontecimiento natural, como puede haber sido la caída de un rayo, por ejemplo, según lo indicado por el Servicio Meteorológico Nacional a través de sus imágenes de radares e informes dados a conocer. Los últimos focos (en la zona de Cholila, El Turbio, Parque Nacional Los Alerces, Cerro Currumahuida y Lago Puelo) fueron provocados de forma intencional o por descuidos”.
P: -¿Cuántas hectáreas han sido afectadas?
NO: -Calculo que hasta ahora se han quemado más de 45 mil hectáreas. Es probable que se llegue a un total de 50 mil hectáreas cuando los incendios terminen. Los focos deberían apagarse a partir de mediados o fines de abril, cuando comience la época de lluvia y nieve. Hasta ahora sólo hay algunos sitios donde las llamas están controladas –como ser en Cholila o El Turbio-, pero eso no significa que hayan sido extinguidas.
P: -¿Hay algún antecedente histórico similar a lo ocurrido en Cholila?
NO: -No. Se estima –aún no se tiene una medida exacta- que ya se quemaron más de 40 mil hectáreas en la zona de Cholila y El Turbio. Esos dos fuegos –principalmente el de Cholila- no fueron apagados rápidamente por no contar con las herramientas necesarias y adecuadas. A su vez, se actuó tarde, más allá de que en el terreno se registra una importante sequía y las condiciones climáticas no han acompañado. Hay que tener en cuenta un punto importante: la zona está cubierta de cenizas. Esa situación conlleva a que la nieve y el hielo, presente en algunos glaciares, se derritan más rápido. Hay muchos glaciares que tienen un color gris oscuro.
P: -¿Qué efectos podría producir?
NO: -Podría haber mayor cantidad de agua en los lagos y, al mismo tiempo, menor acumulación de hielo para el próximo verano. Eso último dependerá de lo que suceda en el invierno, es decir, si se registra mucha o poca caída de nieve en la zona. Por otro lado, es sorprendente que en algunos casos se haya hablado de que no podrían haber sido de utilidad los aviones anfibios hidrantes canadienses -los cuales han sido fabricados específicamente para combatir incendios forestales, como lo son, por ejemplo, los Bombardier 415 (antes denominados Canadair CL-415)-, porque en la Patagonia hay mucho viento cruzado. Esa alusión es sólo para justificar el equipamiento actual.
P: -¿Qué diferencia existen?
NO: -El Plan de Manejo del Fuego cuenta con pequeñas avionetas de fumigación que han sido transformadas para combatir incendios y arrojar cerca de 2.500 litros de agua. Es mentira, insisto, cuando se dice que los aviones Bombardier 415 no sirven para la Patagonia. Sin ir muy lejos, Chile acaba de alquilar dos para tratar de apagar las llamas que afectan la zona sur de ese país. Esos anfibios hidrantes pueden ser utilizados en cualquier tipo de geografía y con vientos cruzados de hasta 90 kilómetros por hora. Además, cada avión puede cargar, en el mar o lago, cerca de 7.500 litros de agua en un tiempo aproximado de 12 segundos. En una hora, una aeronave de esas características puede arrojar entre 50 y 60 mil litros de agua. Así se podría haber controlado, por enfriamiento, al menos la cabeza de los principales incendios de Chubut.
P: -En algunos lugares se juntan firmas para la compra de aviones hidrantes denominados Super Scoopers. ¿Hay alguna diferencia con los Bombardier 415?
NO: -No, son los mismos. Es simplemente otra forma de denominarlos. Hay, además, otra diferencia que debe ser tenida en cuenta. Las avionetas de fumigación, las que se utilizan actualmente, tienen que ir a una pista para cargar, a partir de una manguera, cerca de 2.500 litros. Luego, pueden ir a atacar el fuego. Esos aviones no operan con ráfagas de más de 40 kilómetros por hora. Por eso, muchas veces se escucha o lee que se encuentran en tierra sin poder descargar agua. Los Bombardier 415 son utilizados en países de Europa, además de Canadá, Estados Unidos y Australia. Por ejemplo, España tiene 25 en su territorio. Claramente hace falta equipamiento aéreo y terrestre. Desde 1997 se pide en el país que se compre al menos un anfibio hidrante. Hay que entender que no es un gasto sino una inversión.
P:¿Qué ocurre con el equipamiento que tienen los brigadistas?
-Los equipos que utilizan las personas que en tierra intentan apagar el fuego son de muy mala calidad. Si no se cuenta con las herramientas adecuadas, es probable que en condiciones extremas los bosques se quemen.
P:-¿Cuántos Bombardier se necesitarían?
-Habría que tener unos cuantos Air Tractor AT-802, los cuales pueden ser de utilidad para combatir los incendios. Esos deberían ser utilizados para reemplazar a las actuales avionetas de fumigación. Además, deberíamos tener dos Bombardier. Al menos, de esa forma podríamos estar en un escenario mejor. Hay varios temas que deben ser abordados. Habría que escuchar a varios expertos internacionales y a los fabricantes de los equipos. Hay que conocer cómo se trabaja en otros países. Por el cambio climático, es probable que en algunos lugares la cantidad de incendios aumente.
P:-¿Hace falta capacitación?
-Lo ideal es que los brigadistas pueden recibir en algún momento al menos una capacitación en el extranjero, para que de esa forma puedan conocer los equipamientos modernos. Las personas destinadas a combatir incendios tienen que contar con una normativa que estipule y garantice las condiciones humanitarias para desarrollar la labor. A nivel nacional, hay que desarrollar tareas de prevención y hacer campañas de educación durante el año.
P._¿La cantidad de brigadistas es suficiente?
-Según el Plan de Manejo del Fuego, en el país hay cerca de dos mil personas destinadas -en distintas categorías- a combatir el fuego. México, cuya superficie es menor a la de Argentina, tiene un total 13.500 personas. En Cholila deberían haber trabajado no menos de mil combatientes, porque hay que tener en cuenta que un brigadista o bombero no puede estar muchas horas frente al fuego.
P:-En Chubut, se han perdido importantes reservas naturales por los incendios. ¿Hay algún registro similar en la Patagonia?
—Acabo de calcular, junto con científicos de Chile y Argentina, las pérdidas económicas que han producido los incendios en Chubut. Principalmente, la estimación fue hecha por economistas y biólogos. Por ejemplo, se tuvo en cuenta el valor de un bosque centenario o milenario, dependiente de los distintos lugares afectados. Se estima que en los últimos tres meses las consecuencias han sido de 50 millones de dólares, si se tienen en cuenta varias variables, como el valor del suelo, la flora, el dióxido de carbono eliminado a la atmósfera que ha producido un aumento de los gases de efecto invernadero y los servicios ecosistémicos. Es decir, se analizaron los daños en el ecosistema local a partir de otras investigaciones que se han hecho en Canadá o Estados Unidos. A nivel nacional, se trata de una de las mayores pérdidas de los últimos cien años.
Fuente: Diario de Madryn.