El Estrecho de Ormuz es la única vía para mover petróleo desde el Golfo Pérsico al resto de los océanos. Actualmente, el control de sus aguas está en manos de Irán, Emiratos Árabes y Omán.
En las últimas horas, Estados Unidos ha atacado a Irán, según confirmó el mismo presidente Donald Trump en un comunicado. Este hecho agrava el conflicto en la región después del operativo que llevó a cabo Israel hace algunos días y la posterior respuesta del país iraní, quien actualmente posee el control del Estrecho de Ormuz.
“Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluyendo Fordow, Natanz e Isfahán. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní. Se lanzó una carga completa de bombas sobre la instalación principal, Fordow. Todos los aviones regresan sanos y salvos a casa”, compartió en sus redes sociales el presidente Trump.
Ante el temor de una posible expansión de la guerra a nivel mundial, surge una incógnita: ¿qué papel juega el Estrecho de Ormuz? Hace algunos días, la agencia Bloomberg informaba del aumento de las exportaciones de petróleo de Irán pese a los ataques israelíes.
Esta información, que fue confirmada por distintas imágenes satelitales, muestra el plan de Irán para intentar aguantar todo lo posible ante el ataque de Israel, y ahora de Estados Unidos.
Irán tendría capacidad para almacenar unos 28 millones de barriles de crudo en Kharg, la diminuta isla donde Irán exporta su crudo al mundo, según datos de un informe de 2024 de S&P Global Commodity Insights.
La República Islámica ha exportado un promedio de 2,33 millones de barriles diarios desde el inicio de los ataques israelíes, según datos de TankerTrackers.com, lo que supone un 44 % en comparación con el promedio del año hasta el 14 de junio.
Ahora, su siguiente paso podría ser el de cortar el Estrecho de Ormuz, una amenaza que distintos líderes iraníes han dejado caer. Este as en la manga de Irán sería el método más probable para interrumpir el tráfico marítimo, algo que ya pasó durante la guerra Irán-Irak, de 1980 a 1988.
Vital para el mercado petrolero
Se trata de un estrecho canal que une el sur de Omán con el norte de Irán, convirtiéndose en uno de los pasos marítimos más importantes y estratégicos del mundo. Constituye la única vía para mover petróleo desde el Golfo Pérsico al resto de los océanos y, aunque tiene un tráfico limitado debido a sus dos únicas vías de apenas 3 kilómetros, aproximadamente una quinta parte de la producción global de este combustible circula por sus aguas, según asegura la BBC.
Por este motivo, cualquier amenaza sobre el Estrecho de Ormuz, desde posibles robos de recursos hasta ataques con aviones no tripulados, podría afectar directamente al mercado del petróleo. A través del estudio de cifras de las sanciones estadounidenses que pararon el tráfico en 2019, citadas por el Washington Post, se estima que, si esta ruta llegase a bloquear por completo su tráfico, el suministro mundial de petróleo caería un 20%, en el menor de los casos.
¿Quién tiene el control?
Actualmente, las aguas del Estrecho de Ormuz están controladas por Emiratos Árabes, Omán e Irán, los tres países que forman parte de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP+). Sin embargo, esta área siempre ha sido motivo de disputa debido a su importancia geopolítica.
En 2008 algunos oficiales iraníes amenazaron con controlar los barcos en el Estrecho si eran atacados. Años más tarde, en 2011, Irán también amenazó con bloquear el tráfico como represalia contra las sanciones de EE. UU. y la Unión Europea.
Pero, sin ir más lejos, en 2023 el Departamento de Defensa estadounidense anunció un refuerzo de su presencia militar en el Golfo Pérsico, ante el intento iraní de apresar dos buques mercantes. En resumen, se trata de un territorio de gran crispación bélica en el que Estados Unidos ya ha movido ficha.
Fuente: AS