Tras analizar siete especies de levaduras del género Rhodotorula aisladas del suelo de la Antártida cerca de Carlini, una de las 13 bases científicas en el continente blanco en la isla del 25 de Mayo, la doctora Silvana Viñarta, investigadora de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiologicos (PROIMI), observó que bajo determinadas condiciones de cultivo, dos cepas de Rhodotorula glutinis y una de Rhodotorula glacialis tenían alta capacidad para acumular lípidos neutros (aceites), una materia prima que puede convertirse en biodiesel.
“Son excelentes candidatas como productoras de una materia prima alternativa a los aceites vegetales en la producción de biodiesel, y otras aplicaciones biotecnológicas”, indicó Viñarta.
Asimismo, según un estudio publicado en la revista “Journal of Basic Microbiology”, también se mostró que los aceites acumulados por esas levaduras son ricos en ácidos grasos omega 3 y 6, insumos de mucho interés para la industria farmacéutica y alimentaria.
“Son capaces de acumular lípidos en poco tiempo (3 – 10 días), crecer en diferentes sustratos de bajo costo como residuos o subproductos agroindustriales, requieren menor número de operaciones y son fáciles de escalar”, remarcó la investigadora de PROIMI y agregó: “Además, como se pueden multiplicar en biorreactores convencionales, no requieren tierras fértiles para su cultivo y no compiten con los alimentos”.
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