El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se movilizó este jueves junto a la CGT y afirmó que el gobierno nacional «está de espaldas a la producción y el trabajo» por la reforma laboral que impulsa.
Durante su participación en la marcha hacia Plaza de Mayo, el mandatario provincial advirtió que el proyecto oficialista «no tiene un solo elemento que beneficie las condiciones del trabajador» y subrayó el rechazo del sector de las pymes bonaerenses.
La manifestación, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) contra el proyecto de «Modernización Laboral», reunió a miles de trabajadores y contó con la adhesión de organizaciones sociales y sectores políticos del peronismo. Desde el escenario principal, los líderes cegetistas advirtieron que este acto es «el primer paso de un plan de lucha» que podría derivar en un paro nacional si el gobierno no escucha sus reclamos.
Una marcha masiva contra una reforma considerada «regresiva»
La movilización, programada para las 15 horas en Plaza de Mayo, fue la cuarta acción callejera del sindicalismo contra el gobierno de Javier Milei y la primera enfocada específicamente en el intento de modificar la Ley de Contrato de Trabajo. La CGT caracterizó el proyecto como «regresivo y precarizador» y denunció que «constituye un ataque directo a los derechos fundamentales de los trabajadores».
En su documento oficial, la central obrera sostuvo que la reforma «se apoya en una matriz ideológica que concibe el trabajo como un costo a reducir y no como un derecho humano». Además, anticiparon su oposición a puntos específicos como la limitación del derecho de huelga, la prioridad de los convenios por empresa y la flexibilización de derechos individuales.
Kicillof destacó el rechazo unánime de las pymes bonaerenses
Durante su intervención, el gobernador Kicillof hizo especial hincapié en el impacto negativo que, según él, tendrá la reforma en la producción provincial. Relató que mantuvo una reunión con 80 dirigentes de pequeñas y medianas empresas (pymes) de la provincia de Buenos Aires, quienes le manifestaron su desacuerdo total con la iniciativa.
«No fueron consultados, no están de acuerdo y están pasando una crisis terminal en algunos sectores. El Gobierno no lo va a resolver con esto y va a empeorar con su política económica», afirmó Kicillof, según consignó la Agencia Noticias Argentinas. Agregó que se trata de un gobierno que «está de espaldas a la producción, el trabajo y las condiciones de vida».
Advertencia sindical y tensión en las calles
La jornada estuvo marcada por la firmeza del discurso sindical. Octavio Argüello, secretario general de la CGT, fue contundente: «Si no nos escuchan, vamos a terminar en un paro nacional». Por su parte, Jorge Sola, otro de los líderes del triunvirato cegetista, pidió «volver a emocionar con la bandera de la justicia social» para construir una alternativa política.
La movilización no estuvo exenta de tensión. La CGT denunció que la Gendarmería Nacional retuvo micros con manifestantes en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, lo que consideró un impedimento al derecho constitucional a la protesta. En Plaza de Mayo, la policía avanzó sobre algunos grupos de manifestantes que intentaron cortar la Avenida 9 de Julio, aplicando el protocolo antipiquetes.
La masiva movilización de la CGT, con la presencia protagónica del gobernador Axel Kicillof, marca un punto de inflexión en el conflicto por la reforma laboral. El mensaje de los trabajadores organizados y de la principal provincia del país fue claro: un rechazo frontal a una iniciativa que consideran profundamente lesiva. La advertencia de un posible paro nacional queda ahora flotando en el aire, mientras el proyecto continúa su debate en las comisiones del Senado. informo la Agencia de Noticias Argentinas.




