Aunque nada comparable con la situación actual en la que el submarino ARA San Juan continúa desaparecido en el Mar Argentino, en el año 1959 la Armada vivió un incidente que involucró a un misterioso submarino: debió rastrearlo a pesar de que el mismo era esquivo y desplegó fuerzas que terminaron en un bombardeo.
Lo buscó varios días hasta encontrarlo. Y luego abandonó la búsqueda al considerar que se encontraba en «aguas no jurisdiccionales».
El ejemplar de La Voz del Interior del miércoles 21 de octubre de 1959 abrió con el siguiente titular: «En aguas del Atlántico habríase verificado la presencia de un submarino desconocido».
La nota publicada ese día informaba que el sumergible había sido avistado frente a Comodoro Rivadavia (la misma zona donde se busca al ARA San Juan) y «como consecuencia de ello habían partido cuatro destructores de la Armada de base naval».
Se trataba de «los destructores San Luis, Entre Ríos, Santa Cruz y Misiones» que realizaban maniobras frente a este puerto y fueron alertados de la presencia extraña en aguas argentinas. La versión agregaba que aviones navales argentinos habían detectado a un submarino extraño.
La fuerza militar emitió el siguiente “memorándum informativo»: «Información contactos con submarino frente a Comodoro Rivadavia. La fuerza de fragatas que se encontraba operando en el golfo San Jorge, el día 19 del corriente a las 22.17 horas obtuvo un contacto sonar frente al puerto de Comodoro Rivadavia con un posible submarino, confirmándose el mismo a las 22.40. A las 23.40 se perdió el contacto frente a Punta Delgada, accidente geográfico ubicado a 8 millas al sur del puerto de Comodoro Rivadavia».
«A las 23.55 la fragata ‘Heroína’, en momentos de emerger la torreta del submarino, abrió fuego con su artillería sin resultado efectivo, sumergiéndose éste nuevamente. A las 1.45 horas restableció contacto sonar, atacando con armas de proa y bombas de profundidad. A las 1.55 se perdió definitivamente el contacto, continuándose las operaciones para su recuperación. El comando de Operaciones Navales dispuso la iniciación de exploración aérea, destacándose de Comodoro Rivadavia aviones ‘Neptune’ y ‘Martín Mariner'», agregó el comunicado.
El comandante en jefe de la Flota de Mar dispuso ese día la constitución de una fuerza submarina con motivo de la concentración en la zona del portaaviones “Independencia” y de la fuerza de destructores que se encontraban operando en Puerto Madryn y en Mar del Plata.
Versiones de esa época rememoraban un hecho similar ocurrido el 21 de mayo de 1958 cuando se avistó un submarino en el Golfo Nuevo, al sur del Golfo San Martín, en momentos en que se desplegaba un operativo de rutina de buques argentinos.
Versiones
La prensa siguió informando los sucesos y publicó distintas versiones acerca del misterioso submarino al menos durante tres días seguidos. También se detalló cada avistaje que hacía suponer que el sumergible iba hacia el norte, mientras que con cada nuevo contacto de sonar se realizaba un despliegue de fuerzas navales.
El secretario de Marina, contralmirante Gastón Clement, dijo el 22 de octubre que se había abandonado la búsqueda «por no hallarse en aguas jurisdiccionales».
Sin embargo, al día siguiente se volvió a informar un nuevo avistaje.
El submarino fue divisado por barcos petroleros durante su derrotero hacia el norte, por lo que se sospechó que la misión de este submarino era espiar «la ruta del petróleo». Pero nadie dio una respuesta sobre su misteriosa presencia.
La Voz