La mítica ruta 40 es apenas una línea divisoria. De un lado, la comunidad Lafken Winkul Mapu mantiene ocupado un predio boscoso que gana altura hacia el este. Del otro lado una playa idílica sobre la costa del lago Mascardi convoca a turistas día tras día, a pesar de la baja temporada.
Por la cinta asfáltica transitan sin mayor problema cientos de viajeros que van o vienen desde El Bolsón, incluidos numerosos camiones chilenos de gran porte, que tienen ese trayecto como su ruta habitual.
Los turistas se sorprenden al topar con el retén de Gendarmería y la policía federal, ubicado a unos 300 metros de la ocupación. Pero el asombro con el paisaje puede más.
Elena y Gabriel Peralta, una pareja de cordobeses que recorren la Patagonia y ayer viajaban hacia Neuquén, pararon ayer al mediodía en la playa del Mascardi, con la intención de llevarse una buena cantidad de fotos del lago, el bosque y las cumbres nevadas.
Ese sector costero funcionó hasta hace un par de años como acampe libre y ahora sólo está habilitado como área de uso diurno. Cuenta además con una rampa natural que permite bajar embarcaciones particulares sin restricción.
Los cordobeses se sacaron varias fotografías sobre el muelle abandonado y reconocieron que el entorno es “inigualable”. Cuando supieron por el cronista que allí a pocos metros existe una ocupación territorial mapuche Elena se santiguó.
Dijo que no se lo hubiera imaginado, aunque tenían bien presente el operativo de desalojo intentado por las fuerzas de seguridad y el asesinato de Rafael Nahuel.
“Supimos por la tele que hay un reclamo originario -dijo Gabriel-. Uno no comparte que se haga daño, que quemen cosas. La violencia no nos lleva a ningún lado. Esperamos que se pueda solucionar”.
Según contó su esposa, habían parado en el lugar porque empezaron a filmar por la ventanilla pero les pareció insuficiente y decidieron bajar para llevarles un registro mejor a los hijos que les regalaron el viaje. “Esto es el paraíso”, aseguró.
Sobre la misma playa, a unos 100 metros también mantenían ayer discreta presencia un grupo de jóvenes anarquistas, que llevaron su apoyo al lof mapuche. Colgaron una bandera que decía “el poder oculta el rostro de los verdaderos terroristas” y no quisieron hablar con la prensa.
En los últimos días algunos pescadores cumplieron allí con el ritual bajar allí sus lanchas y también hubo familias con niños, que aprovecharon el buen tiempo para hacer asado en las parrillas colocadas por Parques Nacionales. El mismo plan llevó a otros a pasar el día en el cercano lago Gutiérrez.
Ninguno de ellos cambió de planes a pesar de que Bariloche y sus alrededores están atestados de policías y gendarmes por la precumbre del G20 y del foco de tensión que se mantiene en Mascardi y que tiene en vilo a todo el país.
Río Negro