Pierre Nkurunziza, jefe de estado del país africano de Burundí, armó partido de fútbol y no tuvo los resultados esperados.
Al presidente lo marcaron bien y no le dejaron meter un gol, por eso metió preso al entrenador del equipo contrario acusándolo de “conspiración contra el Presidente de la República”.
Electo en 2005, Nkurunziza suele viajar con su equipo de fútbol, llamado Haleyuya FC, pero cuando las cosas no salen bien hay que atenerse a las consecuencias.
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