El arquitecto mexicano Alfredo Ramírez trabajó en muchas ciudades del mundo y trajo esas experiencias a esta conferencia, dejando sobradas muestras de soluciones que se tomaron en ciudades inundables, aprovechando los efectos naturales en lugar de colocar muros o intentar controlar lo inevitable.
“Nosotros desarrollamos un tipo de urbanismo asociado con el paisaje, la naturaleza y la ecología. Vinimos a proponer una manera diferente de pensar las ciudades a futuro, esto es, utilizar a la naturaleza como parte de nuestro entorno. Normalmente los entornos urbanos han sido desarrollados para dominar a la naturaleza y nosotros pensamos que, en vez de estar en contra de ella, podemos trabajar con ella y utilizar sus beneficios”, expresó Ramírez. Durante su exposición, el mexicano mostró distintas ciudades del mundo en el que se intervino transformando una incipiente inundación en un parque natural y luego turístico, por ejemplo.
En cuanto a Comodoro, opinó que “su paisaje es muy especial, su geografía, su entorno, y la ciudad tiene elementos que podría tomar más a su ventaja e integrarse a la ciudad. Esas cuestiones ayudarían a amortiguar catástrofes como las del año pasado si se pudiera entender la manera en la que ese territorio funciona”. En su alocución, Ramírez explicó que el cambio climático llegó para quedarse por los efectos de la mano del hombre en el mundo y que esto ha comprometido seriamente el ambiente.
“No se trata de dejar de lado el petróleo, sino de encontrar paralelamente alternativas de innovación productiva”
Para abordar la diversificación productiva, el invitado fue el economista de la Universidad del Comahue, especializado en desarrollo regional, Osvaldo Preiss, quien trabajó en Vaca Muerta. Lejos de intentar instalar la idea de una alternativa total al “monocultivo” del petróleo, basó su idea en actividades complementarias de innovación productiva, no necesariamente en un sentido tecnológico.
“La Patagonia es un territorio que se caracteriza por estar anclado en actividades basadas en recursos naturales, que es un poco su historia y su presente. Eso va a seguir existiendo y a veces es tan fuerte su impacto que no nos deja pensar que existen alternativas. Lo que nosotros vinimos a decir es que eso va a seguir existiendo pero que la Patagonia paulatinamente tiene que ir expandiendo su base productiva”, expresó.
Para Preiss, “hoy en el mundo, la innovación productiva es el germen sobre el cual todos los países tratan de progresar económicamente, es decir, que sus habitantes tengan un mayor nivel de vida. Es intentar nuevas formas de hacer cosas, buscar nuevos productos, nuevas ideas, actuar en forma conjunta la parte política, la universidad y las empresas para desarrollar un sistema que pueda generar actividades claves”, destacó.
Por último, descartó la idea de pensar en la extinción de la actividad petrolera. “La cultura de la producción petrolera no se cambia de un día para el otro, porque son ciudades que tienen una trayectoria histórica que le da un fuerte anclaje en eso. Es empezar con convivir con nuevas ideas. Estamos en una ciudad petrolera pero en otros lugares de la provincia se hacen otras actividades, se generan otro tipo de ingresos. Hay que ver qué se puede hacer en cada una de ellas para incorporar un mayor valor agregado a la producción”.