Ya en el primer trimestre el «rojo» de la cuenta corriente casi duplicó a lo que el acuerdo con el FMI establecía para todo este año. El tipo de cambio apreciado y la suba de importaciones explican este agujero.
En el primer trimestre de 2025 la Argentina registró un déficit de cuenta corriente de u$s5.191 millones, una cifra que ya superó a los u$s2.700 millones que se había previsto para todo este año en el reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las estimaciones del propio Gobierno indican que el «rojo» de divisas acumulado hacia diciembre quintuplicará ese número establecido en los papeles.
En el mercado y en despachos del equipo económico estiman que el déficit representará cerca del 2% del Producto Bruto Interno (PBI), un porcentaje cinco veces superior al 0,4% contemplado en el acuerdo con el FMI para 2025.
Así lo reconoció el propio viceministro de Economía, José Luis Daza, en el marco del Foro Económico de Argentina organizado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) y justificó: «Un déficit del 2% en un país que crece al 6% es algo absolutamente esperable».
Un saldo negativo del 2% del PBI representaría entre u$s14.000 y u$s15.000 millones. Sin embargo, según Daza, parte de este deterioro en la balanza es explicado por una mayor inversión por parte del sector privado, algo que no se verifica demasiado en los flujos de dólares que entran y salen del país, más allá de la mejora respecto de inicios de 2024, el peor momento de la recesión.
Dólar: ¿por dónde se están yendo las divisas de la cuenta corriente?
De acuerdo con los números de la Balanza de Pagos informados por el INDEC esta semana, el sector de «viajes» tuvo un déficit de u$s3.464 millones entre enero y marzo, explicando así la mayor parte del desbalance de cuenta corriente. Esto es reflejo del atraso en el precio del dólar, que llegó a tocar mínimos desde la convertibilidad e incentivó el turismo en el extranjero.
El podio de sectores más deficitarios, al agrupar tanto bienes como servicios, lo completaron el complejo automotriz, producto de la escalada en las importaciones, y los servicios de transporte, con un «rojo» de u$s1.415 millones y u$s867 millones, respectivamente.
En cuanto a los bienes, también tuvieron incidencia los saldos desfavorables en el complejo siderúrgico y el farmacéutico, así como en el textil, aunque este último en menor medida. Asimismo, entre los servicios también resaltó el déficit en cargos por el uso de la propiedad intelectual.
Según INDEC, el agujero en la cuenta corriente fue financiado en el primer trimestre fundamentalmente por una pérdida de reservas de u$s6.550 millones. Vale recordar que el informe no contempló los dólares provenientes de organismos internacionales en abril, que a partir del acuerdo con el FMI se transformaron en la principal fuente de divisas para el Gobierno.
Se trata de números que despiertan dudas en la city. ¿Hasta qué punto el endeudamiento podrá compensar el agujero generado en las otras ventanillas que hacen al flujo de divisas? Y, de cara a un segundo semestre en el que ya no estará el aporte de la cosecha gruesa, ¿qué pasará con el tipo de cambio?
Fuente: Ámbito