Lo que no había podido lograr el sábado en la última fecha del certamen lo consiguió cuatro días después en el estadio de Lanús: Platense se consagró campeón de la Primera B Metropolitana al derrotar 1 a 0 en tiempo suplementario a Estudiantes de Buenos Aires en el desempate que además definió el primer ascenso a la B Nacional.
La primera llegada con riesgo fue cuando apenas habían transcurrido tres minutos: un remate desde afuera de Lionel Altamirano, la gran arma de ataque de Estudiantes, que el buen arquero De Olivera manoteó al tiro de esquina.
Contestó Platense recién a los 12 minutos con un remate desviado de Lamberti después de un tiro libre. Y en otra pelota parada, a los 19, volvió a estar cerca Estudiantes cuando el suave remate de Jaime se fue cerca del palo izquierdo del arco de De Olivera.
Si bien el equipo de Caseros dominó buena parte de esa primera etapa, Platense fue el que dispuso de la mejor oportunidad de gol. Avisó primero a los 28 con un centro de Gallegos que Vega no llegó a conectar. Y a los 44 dispuso de la mejor chance: Trapito, mano a mano con el arquero Pucheta, remató muy por encima del travesaño.
El complemento arrancó palo y palo en un campo de juego que con el correr de los minutos iba sufriendo el deterioro. La primera fue del elenco dirigido por Fernando Ruiz, con un cabezazo de Diego Tonetto que salió cerca.
Enseguida contestó el conjunto conducido por Juan Carlos Kopriva con un disparo de Juan Pablo Ruiz Gómez desde la medialuna que besó el poste izquierdo de la valla defendida por Jorge De Olivera.
El partido cambió a los 19 minutos, cuando Estudiantes quedó con un hombre menos por la expulsión de Alejandro García, que vio la segunda amarilla por una infracción contra la línea lateral.
La ventaja numérica espoleó al Calamar, que sin desesperarse fue a la búsqueda de ese gol que le garantizara el regreso a la B Nacional después de ocho años de espera. No fue un derroche de virtudes, pero amenazó con algunos balones aéreos.
El conjunto de Caseros se refugió. Kopriva movió las piezas (ingresaron Gastón Minutillo y Matías Rosso y salieron Juan Manuel Torres y Lionel Altamirano, el hombre más peligroso del equipo) y reacomodó a los suyos.
Ruiz también apostó a oxigenar el ataque con los ingresos del hábil Juan Manuel Olivares y de José Vizcarra para acompañar a Vega en el centro del ataque. Pero no hubo mucho más antes del pitazo de Maximiliano Ramírez que mandó la definición al suplementario.
A menudo esos 30 minutos suelen ser un período de poca acción y bastante especulación y cuidado. Sin embargo esta vez fueron todo lo contrario. Porque Platense, el que buscaba con más enjundia, encontró su premio a los 9 minutos, cuando Vizcarra peinó en el primer palo un tiro libre de Olivares, dejó sin chances a Puchetta e hizo estallar a los 5.000 calamares que ocupaban una de las cabeceras del estadio Néstor Díaz Pérez.
A puro empuje, Estudiantes se lanzó con todo a buscar el gol que llevara la definición a los penales, mucho más cuando Platense también quedó con diez hombres por la expulsión de Infante.
En los 15 minutos finales, el equipo de Kopriva se jugó el resto. El duelo fue de ida y vuelta y a pura emoción. Lo tuvo Figueroa para el Pincha, tras un error de Emiliano Carrasco, pero falló en la definición. Pudo liquidarlo Vizcarra en una contra inmejorable, pero Puchetta se lo tapó con el pecho. En las tribunas, los corazones trepidaban.
Fuente: Clarín.