El ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, empoderado a partir de sus negociaciones ante el Fondo Monetario Internacional y con la misión de ajustar el gasto del Estado para cumplir con las metas que impondrán desde ese organismo, quedó en el foco de la tormenta luego de que se conociera que, una vez más, intentó evadir impuestos.
Dujovne había sido epicentro de un verdadero escándalo cuando la revista Noticias reveló que “blanqueó” unos 20 millones de pesos, en la ley promovida por la administración que integra, apenas unas semanas antes de asumir en el Gabinete de Mauricio Macri.
La sospecha es que el origen de esos fondos serían nada menos que la evasión fiscal, lo cual motivó airadas protestas de la oposición, que reclamó su renuncia. Dujovne, en su rol de Ministro de Hacienda, tiene la misión de recaudar y controlar el gasto de la administración, ¿tiene autoridad moral luego de la revelación?
Ahora, el diario Tiempo Argentino denunció que la mansión de Dujovne en la zona más exclusiva de Belgrano, en la Capital Federal, está declarada como terreno baldío. Ese medio denunció que la casa, que ocupa 332 metros cuadrados de madera y concreto, figura en la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos como un descampado.
“En la caso del funcionario, la casa fantasma tiene 280 m2 elevados en madera y hormigón. La construcción ocupa los 8,76 metros de frente del terreno, y se extiende hasta promediar los 38 metros que posee de fondo. El resto es un parque de gramilla que culmina en una piscina rectangular”, publicó Tiempo.
Omitiendo la entrega del “final de obra”, el trámite necesario para habilitar la vivienda y empezar a tributar correctamente, significó un negocio redondo para el Ministro: el suntuoso baldío paga el equivalente a un monoambiente en una zona pobre de CABA.
Acosado por los medios, desde su entorno salieron a dar una explicación insólita: adujeron que el final de obra se presentó “hace varios años”, pero que el trámite fue devorado por las llamas en un incendio en la parte de los archivos del Gobierno porteño. Las redes se hicieron eco inmediatamente de la extraña explicación.
Es conocida la animosidad de Dujovne para con todos los entes recaudatorios del Estado. Durante el mundial de 2014, cuatro años atrás, celebraba en las redes la ocurrencia de turistas argentinos que exhibían una bandera con la leyenda “AFIP LTA” en las playas de Brasil.
Ahora, acosado por su propia avaricia, planea darle un golpe decisivo a la Agencia Recaudadora nacional: en las últimas horas trascendió que planea un recorte de 25 por ciento en la planta de jerárquicos de la repartición.
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