Finalmente NASA ha revelado la noticia que anunció hace dos días. En una conferencia de prensa llevada a cabo en el Centro del Vuelo Espacial Goddard en Maryland (EEUU), la agencia reveló que dos nuevos estudios realizados en Marte por el rover Curiosity sugieren aún más la presencia de vida pasada o presente en el planeta rojo.
El primero de los estudios, llevado a cabo por el investigador asociado del Laboratorio de Propulsión a Chorro de NASA, Christopher Webster y sus colegas, ha realizado mediciones más precisas del metano atmosférico en Marte.
Marcada presencia de metano en el verano marciano
Utilizando el espectrómetro láser sintonizable a bordo del Curiosity, Webster ha detectado una fuerte variación estacional, que oscila entre 0,24 y 0,65 partes por mil millones, alcanzando su punto máximo cerca del final del verano en el hemisferio norte (final del invierno en el hemisferio sur).
Ya en el pasado se habían detectado concentraciones de metano en la atmósfera de Marte, pero sus orígenes han sido objeto de gran debate. Por un lado se cree que podría tener origen geológico; por otro podrían sugerir la presencia de vida en el cuarto planeta.
¿Qué tiene que ver el metano con la vida en Marte? Debido a que la única vida que conocemos está en la Tierra, esta suele ser la referencia que los científicos utilizan para extrapolar sus resultados. Y en nuestro planeta, un gran porcentaje de este compuesto es de origen biológico. Por eso, encontrar un patrón claro de metano durante el verano, momento en el que en el que hay más energía, sugiere la existencia de algún tipo de vida bajo la superficie.
Para este estudio, los autores descartan numerosas fuentes potenciales del metano, lo que finalmente sugiere que grandes cantidades de este se pueden almacenar en el subsuelo marciano frío en cristales a base de agua llamados clatratos. Proponen que los cambios estacionales en la temperatura podrían causar la liberación fluctuante de metano observada por el rover.
En el segundo estudio
En un estudio separado, Jennifer L. Eigenbrode y sus colegas analizaron muestras de perforación de suelo, también tomadas por el rover Curiosity, que revela una serie de diferentes compuestos orgánicos en los sitios Mojave y Confidence Hills dentro del cráter Gale. Ambos sitios albergan roca sedimentaria de aproximadamente tres mil millones de años.
Las herramientas a bordo del rover Curiosity extrajeron las nuevas muestras y las calentaron, analizando las moléculas que se liberaron. Los datos revelan la presencia de varias moléculas orgánicas y volátiles que recuerdan a la roca sedimentaria rica en compuestos orgánicos que se encuentra en la Tierra, incluidos: tiofeno, 2- y 3-metiltiofenos, metanotiol y dimetilsulfuro.
Los autores señalan que, debido a que muchas de las moléculas analizadas aquí difieren por una sola cadena lateral de carbono, pueden tratarse de fragmentos de moléculas más grandes. De hecho, una comparación de estas muestras con rastros orgánicos en meteoritos marcianos también sugiere que los primeros se derivan de moléculas orgánicas más grandes. Las muestras del cráter Gale retienen niveles excepcionalmente altos de azufre, el cual podrían ayudar a preservar la materia orgánica.
Aunque ambos estudios no confirmar la presencia de vida en Marte (algo que se apresuraron a hacer los científicos en su anuncio), la presencia de estas moléculas orgánicas nos acercan cada vez más a ese descubrimiento.
Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.