Una nueva encuesta confirma que 4 de cada 10 pymes industriales perdieron terreno frente a productos importados. El 73% identifica a China como su mayor amenaza en medio de una caída histórica de actividad y empleo.
Un nuevo informe de la Fundación Observatorio Pyme revela una crisis profunda en el sector industrial argentino. Por décimo trimestre consecutivo, la actividad de las pequeñas y medianas empresas (pymes) registra una caída, agravada por una presión importadora récord. Según el relevamiento, el 37% de las pymes perdió participación de mercado a manos de productos del exterior, el valor más alto desde 2007. La encuesta, realizada entre 425 empresas, muestra que el 73.3% identifica a China como su principal amenaza importadora.
Este diagnóstico coincide con un contexto nacional de deterioro del mercado interno, costos en aumento y una tensa cadena de pagos. La información presentada en esta nota ha sido recopilada a partir del informe de la Fundación Observatorio Pyme y de otros análisis sectoriales. Informo el medio Ámbito.
Dos años y medio de recesión ininterrumpida
Las cifras del tercer trimestre de 2025 consolidan una tendencia alarmante. La producción industrial pyme acumula una caída del 4.1%, lo que marca la décima baja trimestral consecutiva y un nivel 7.5% inferior al registrado en el mismo período de 2024.
Este retroceso sostenido tiene un impacto directo en el empleo. El sector reporta una caída interanual del empleo del 4.6%, acumulando nueve trimestres de destrucción de puestos de trabajo. El panorama es aún más desfavorable para las empresas más pequeñas (de 10 a 49 empleados), cuyo desempeño fue peor que el de las medianas. La desconfianza se refleja en los índices de expectativa: tanto el indicador que predice el nivel de producción (PMI-PyME, en 43 puntos) como el de confianza empresarial (en 44 puntos) se ubican por debajo del umbral de 50, que marca una situación neutral.
China, la gran competidora que preocupa a todos los sectores
El informe detalla que la presión importadora no es un fenómeno aislado, sino generalizado. De los seis sectores industriales analizados —que incluyen Alimentos y bebidas, Textiles, Metalmecánica y Productos químicos—, en todos China aparece como la «principal amenaza importadora». Este origen asiático concentra el 73.3% de las respuestas, dejando muy atrás a Brasil, que solo es mencionado por el 16.6% de las empresas afectadas.
La situación es tal que representantes del sector industrial han realizado advertencias contundentes. En un evento reciente, referentes del Grupo Techint —del cual depende la Fundación Observatorio Pyme— graficaron el problema comparándolo con «jugar al fútbol cuando el rival juega hockey sobre hielo», señalando una competencia desventajosa frente a una economía con fuerte intervención estatal.
Costos que no dejan de subir y una cadena de pagos al límite
El desafío externo se combina con graves problemas internos. El 81% de las pymes industriales reportó aumentos en sus costos de producción. Sin embargo, en un mercado deprimido y competitivo, menos de la mitad (47%) logró trasladar esos aumentos a los precios de venta, lo que genera una fuerte compresión de los márgenes de rentabilidad.
Esta situación deriva en una severa tensión financiera que pone en riesgo la operatoria diaria:
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Problemas de cobro: El 52% de las empresas identificó como un grave problema los retrasos en los pagos de sus clientes.
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Dificultades de pago: El 35% declaró tener complicaciones para cumplir con sus compromisos con proveedores, bancos y obligaciones fiscales.
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Financiamiento restringido: Este contexto impacta negativamente en el acceso al crédito comercial y al financiamiento para la industria.
Un panorama sombrío que extiende su sombra más allá de la industria
La crisis no es exclusiva del sector manufacturero. El informe del Observatorio Pyme también incluyó a 104 empresas de software y servicios informáticos, un sector que había mostrado mayor dinamismo. Aquí, se observan los primeros signos de desaceleración: aunque el acumulado del año aún muestra un leve crecimiento (0.9%), el tercer trimestre de 2025 registró una caída interanual del 0.8%, la primera desde la pospandemia.
Otras mediciones confirman un clima recesivo generalizado. Un informe de la Asociación ENAC, que releva a casi 400 pymes de diversos sectores, indica que el 40% reporta malas ventas(caídas superiores al 10%) y que 6 de cada 10 empresas trabajan sin rentabilidad. Además, señala que la caída del mercado interno y la apertura de importaciones se encuentran entre las principales limitantes para el crecimiento.
El diagnóstico es claro: la industria pyme argentina enfrenta una tormenta perfecta. Una recesión interna que se extiende por más de dos años y medio se ve agravada por una competencia externa que es percibida como desleal y masiva. Mientras las empresas luchan por contener costos y cobrar lo vendido, la presión importadora, especialmente desde China, se consolida como una amenaza estructural para la supervivencia de un sector clave para la producción y el empleo nacional. La pregunta que queda pendiente es qué políticas se implementarán para nivelar la cancha y evitar que esta alerta roja se transforme en cierres definitivos.




