Santiago Pereyro desarrolla su empresa entre España y Estados Unidos, es ingeniero industrial, oriundo de Puerto Madryn y cofundador de Cobbler Union, un emprendimiento trasatlántico de zapatos para hombres.
¿Pero cómo comenzó su historia para facturar hoy US$ 1,5 millones con calzado masculino? En 1998, Pereyro viajó a España de mochilero y supo que volvería a vivir allí. Por entonces, trabajaba en Ternium, en la que permaneció hasta 2002 cuando decidió dejar de lado el mundo corporativo, emprender y mudarse a España.
“No me veía como un CEO, independientemente de poder llegar o no a ese puesto, pero era un camino que no me interesaba recorrer”, contó el chubutense a la Revista Apertura, una de las más importantes del mundo de los negocios en la Argentina.
Allí en España junto a un socio y excompañero en Techint, Luis Sosa Mendoza –quien hoy forma parte del Ministerio de Turismo– Terra Sur, creó una agencia de viajes premium que creaba propuestas a medida para clientes VIP.
Pereiro se encargaría de desarrollar la pata internacional y así cumplir su objetivo de vivir en el país ibérico. Esa decisión lo llevó a conseguir inversores dentro de la firma y a mantener un negocio que duró más de ocho años. Pero no tomó el vuelo que esperaban. “Funcionó bien y crecimos bastante en Europa pero en el momento que quisimos hacer un salto en 2008, no supimos navegar la crisis”, admitió.
La venta de Terra Sur en 2010 lo trajo de vuelta al país. Mientras buscaba un proyecto en el que invertir, se ocupó junto a su amigo Daniel Porcelli, quien residía en Atlanta, Estados Unidos, en ayudar vía Skype a otro amigo de Puerto Madryn que elaboraba zapatos premium de manera artesanal en Barcelona: Norman Vilalta.
Conocido por fabricar zapatos a medida para personalidades como el chef Ferran Adriá, confió en sus amigos para ordenar su negocio. “En dos años invertimos, armamos bien el taller que tenía y desarrollamos el ready to wear”, cuenta Pereiro, quien volvió a Barcelona, pero confiesa que al tiempo decidieron separarse para “mantener la amistad”.
Junto a Porcelli decidieron seguir en el negocio del calzado masculino, desarrollar su propia colección y venderla a través de un e-commerce. El proyecto se llamó Cobbler Unión y terminó convirtiéndose en una start-up transatlántica con cinco empleados y una facturación anual de US$ 1 millón.
Aunque la producción y el equipo crecen en los Estados Unidos, el objetivo para 2018 es crear cimientos en España para expandir la presencia en el mercado europeo. Uno de los primeros pasos será mudarse de Barcelona a Madrid, ciudad estratégica para el networking y por su cercanía a los principales centros de producción, uno de los fuertes de España y foco de los costos del negocio, porque, según aclara Pereiro: “Si el zapato no está bien hecho, duele y no lo comprás más”.
Hoy desde Atlanta, en los Estados Unidos, el empresario supervisa los negocios y planea su próximo destino. En diálogo con Fm Tiempo, contó que sus padres viven en Puerto Madryn, a donde llega al menos tres veces al año.
Respecto a Cobbler Unión, aseguró que “todo es más difícil de lo imaginable. Nuestra empresa tiene un muy buen crecimiento, es una compañía sana que crece bien, pero también por otro lado es que sea sostenible en el tiempo, y para que eso suceda los saltos bruscos no son buenos”.
“Tenemos una mentalidad de crecer, pero más bien de modo lineal, no solo trabajar y que nos vaya bien, sino también disfrutar de la vida y lo que hacemos”, relató el chubutense que hoy desarrolla su tarea empresaria en el mercado norteamericano, cita Diario Jornada.
ADN Sur