El «misión cumplida» tendrá que esperar por ahora. Pese a que los doce niños y su entrenador de fútbol atrapados en una cueva de Tailandia fueron encontrados ayer lunes en buen estado de salud, todos ellos tendrán que aprender a bucear o esperar durante meses a que las aguas que inundan la gruta retrocedan antes de poder salir al exterior, según han informado este martes las autoridades del país asiático.
Anoche, un equipo formado por dos buceadores británicos halló a todos los adolescentes, de entre 11 y 16 años, y a su entrenador de 25 años acurrucados en una isleta del interior de la cueva localizada en la provincia de Chiang Rai, donde se quedaron atascados hace más de una semana por culpa de las fuertes lluvias y las inundaciones. En el video que muestra el momento del encuentro se ve a los demacrados menores alumbrados por una linterna de los buzos mientras responden que son 13 y que están hambrientos. «Es lunes. Hace diez días están aquí. Son muy fuertes», se le escucha decir a uno de los buzos que emergieron del lodo antes de explicarles que aún tendrán que esperar para poder salir de la cueva. «¡Gracias! ¡Gracias!», contestan los niños con un inglés básico.
Su historia de resistencia en circunstancias extremas ha cautivado a personas de todo el mundo. En Tailandia, donde la gente mantenía la esperanza pero ya se preparaba para lo peor dado el tiempo transcurrido desde su desaparición, los familiares apostados a la entrada de la cueva recibieron con gritos de júbilo la buena nueva del hallazgo, mientras que miles de personas tomaron las redes sociales para manifestar su alegría ante la noticia de su encuentro.
Comida para cuatro meses
Pese a la alegría desbordada, lo cierto es que llevar a los niños y a su entrenador a la superficie va a ser una tarea complicada. Por ahora, los ingenieros han estado extrayendo agua de la cueva durante una semana y un respiro temporal de las lluvias también ha ayudado para que se reduzcan los niveles.
Sin embargo, las fuertes precipitaciones pronosticadas para los próximos días a medida que avanza la temporada de lluvias en esa región fronteriza con Laos y Birmania amenaza con obstaculizar seriamente los trabajos de rescate, por lo que los atrapados podrían tener que esperar incluso meses a que las aguas retrocedan hasta niveles seguros.
Ante esta situación, el capitán de la Armada tailandesa, Anand Surawan, aseguró en un comunicado que «vamos a prepararnos para enviarles comida adicional para al menos cuatro meses y enseñaremos a los 13 cómo bucear mientras continuamos drenando el agua».
«No creo que estén en casa pronto», declaró por su parte el gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn.
Para Edd Sorensen, del grupo Rescate y Recuperación Internacional de Cuevas, el hecho de que ninguno de los muchachos sepa nadar o bucear hace que sea «increíblemente peligroso» tratar de salir en las actuales condiciones, que incluyen altos niveles de agua, barro y visibilidad casi nula. «Mientras que los niños sepan que sabemos dónde están, tengan comida, una manera de mantenerse calientes, agua o sistemas de filtración y luz, realmente lo más seguro sería esperar. Llevarlos al agua sería extremadamente peligroso para los niños y el entrenador, pero también para los rescatistas», aseguró al diario británico ‘The Guardian’.
Desde que el grupo fue encontrado con vida ayer noche, los buzos les han suministrado gel energético para que recuperen fuerzas y se les hizo un chequeo médico informal en el que clasificaron el estado de salud de los niños usando un sistema de semáforo: rojo (estado crítico), amarillo (serio) y verde (estable).
«Encontramos que la mayoría de los niños están en condición verde», afirmó el gobernador Narongsak a la agencia Associated Press. «Tal vez alguno de los muchachos tiene alguna herida o lesiones leves y se le podría clasificar como amarillo. Pero ninguno está en condición roja».
Según medios como la BBC o el canal CNN, un equipo de médicos especialmente entrenado intentará acceder a la cámara donde están los menores para establecer con mayor precisión su estado y tratar las posibles lesiones antes de que se tomen medidas adicionales.
El Mundo / The Guardian