Fue el Nº 1737 de Aerolíneas Argentinas. Por las extremas condiciones climáticas reinante el jueves por la noche en Buenos Aires tuvo que ser desviado desde Aeroparque a Ezeiza. Un periodista del diario La Nación relató en Twitter lo que vivió a bordo de la aeronave.
Un dramático vuelo nocturno vivieron anoche los pasajeros del vuelo 1737 de Aerolíneas Argentinas que partió de Puerto Iguazú y por las extremas condiciones climáticas reinante anoche en Buenos Aires tuvo que ser desviado desde Aeroparque a Ezeiza.
El periodista de La Nación Gabriel Di Nicola relató en Twitter lo que había vivido minutos antes. “Creo que hay experiencias que nadie quisiera vivir. El vuelo 1737 de Aerolíneas Argentinas que acaba de aterrizar en Ezeiza procedente de Iguazú, Misiones, es una de ellas. Creo que la mayoría de los pasajeros pensó que el avión se estrellaba”, escribió anoche ni bien se bajó del avión.
“La tormenta que azotó Buenos Aires hizo que el avión llegará a Iguazú retrasado. El vuelo tenía que salir hacia aeroparque a las 21.35 de ayer… Pero despegó a las 23.10, más o menos. Antes de despegar, el capitán aviso que el último tramo iba a haber turbulencias… Pero nadie imaginó qué turbulencias”, agregó.}
Y siguió: “Todo iba bien hasta que el capitán avisó que el aeroparque metropolitano estaba cerrado por la tormenta y la cantidad de aviones en pista. Nuestro aterrizaje iba a ser en Ezeiza. El viaje continuaba normal hasta que llegó lo peor… Creo que eran las 0.40 cuando empezaron los movimientos bruscos y los gritos de la mayoría de los pasajeros”
Sobre esos dramáticos momentos amplió: “Fue una fracción de segundo… El avión bajó de golpe. Algunos pensaron que se caía en picada. Muchos volvieron a gritar y a hacer la señal de la cruz. Otros decidimos rezar. Por la ventana se veían los rayos. El viaje parecía eterno. Por momentos el vuelo parecía estabilizado… Pero a la 1.12 los movimientos bruscos regresaron, al igual que los gritos y la señal de la cruz”.
“Algunos pocos no se enteraron de nada porque dormían profundamente. Otros lo decían todos con su mirada. Finalmente el avión aterrizó en Ezeiza y hubo aplausos para el comandante. «Pensé que nos íbamos a morir. Pero mamá me dijo que todo íbamos a estar bien y le creí», le dijo una nena de 10 años a su papá. Él le respondió: «Todavía estoy temblando». Un joven que viajaba por segunda vez en avión y qué había sido uno de los que más había gritado se confesó: «Pensé que nos moríamos», finalizó.
Fuente: Diario El Territorio