«Ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación», dijo el premier francés mediante una declaración televisiva, tres días después de la protestas más violentas en París en muchos años, que dejaron un saldo de 412 detenidos y 263 heridos, de los cuales, 133 fueron en la capital.
«Esta cólera, que viene de lejos y durante mucho tiempo, ha estado muda, hoy se expresa con fuerza y de forma colectiva. Habría que estar sordo y ciego para no verla y escucharla», señaló el primer ministro, quien dijo que se abrirá un diálogo nacional para revisar por completo el sistema fiscal francés.
Asimismo, Philippe adelantó que también se suspende el endurecimiento de la inspección técnica de vehículos, otra de las demandas originales del movimiento, informó la agencia de noticias DPA.
Las medidas anunciadas por el gobierno francés sacaron a la calle a miles de personas organizadas en un movimiento bautizado como «chalecos amarillos», que desde mediados de noviembre
bloquean carreteras en todo el país y en los últimos semanas derivaron en incidentes violentos.
El movimiento de los «chalecos amarillos» es amplio y difuso y no está impulsado por ningún partido o sindicato.
«Estas decisiones, inmediatas, deben traer el apaciguamiento y la serenidad al país. Deben permitirnos lanzar un diálogo verdadero sobre el conjunto de preocupaciones expresadas estas últimas semanas», agregó el jefe del Gobierno.
Sin embargo, Philippe fue contundente al afirmar que, desde el comienzo del movimiento de los «chalecos amarillos», cuatro franceses murieron y cientos resultaron heridos en las protestas, por lo que «esta violencia debe cesar».
A pesar del caos en París, siete de cada diez (72%) franceses apoya a los «chalecos amarillos», según una encuesta de Harris Interactiv dada a conocer hoy por la radio francesa RTL y la TV M6, reportó la agencia de noticias ANSA.
«Si los acontecimientos de los últimos días demostraron algo, eso es que los franceses no quieren que suban los impuestos. (Pero) si bajan, también tendrá que bajar el gasto, ya que no queremos dejar las deudas a nuestros hijos», sostuvo Philippe.
Como primeras medidas, Francia suspende durante seis meses la subida de la «tasa carbono», la convergencia de precios entre el diesel y la nafta y el alza de la fiscalidad al gasoil de vehículos agrícolas, anunció Philippe, citado por la agencia de noticias EFE.