Marcó el segundo en el 2-0 ante Celta. Convirtió 51 tantos en 53 partidos en 2018. Con él, Barcelona es el único lider de la Liga.
Ya había tenido una relevante participación en el primer gol ante el Celta, a los 10 minutos. Remató de zurda, el arquero Rubén Blanco dio un rebote y Ousmane Dembelé lo aprovechó. Pero había más de Lionel Messi, claro. Siempre hay más. Sobre la hora del primer tiempo, tras un estupendo pase de Jordi Alba -a esta altura, uno de los mejores socios del crack rosarino-, definió de manera impecable, en posición de centrodelantero. Repitió el rito de su festejo, saludando al cielo, a la abuela Celia. A los costados sucedió lo de siempre: la pleitesía de los culés en pleno Camp Nou.
Esta vez no estableció ningún récord. Pero no quedó lejos de otra de sus marcas que lo definen: terminó su año calendario con 51 goles en 53 partidos, entre su club y la Selección. Por ahora, es el máximo anotador de 2018. El detalle sucede un puñado de días después de haber recibido el Botín de Oro, el quinto de su carrera.
Robert Lewandowski, con 48, lo sigue. Este sábado en el 3-0 del Bayern Munich ante el Frankfurt no marcó. El único que lo puede alcanzar es Cristiano Ronaldo, de la Juventus, quien suma 46. Deberá hacer cinco en los dos partidos que le restan a la Vecchia Signora: ante Atalanta, en Bérgamo, y Sampdoria, en Turín. El año pasado, justo en la última semana lo superó el inglés Harry Kane.
Su continuidad es impresionante: lleva nueve temporadas sucesivas convirtiendo más de 40 goles entre todas las competiciones oficiales con el gigante catalán. El punto máximo fue la campaña 11/12 en la que hizo 73 goles en 60 encuentros. Es una máquina del gol. Y también del juego: en su recorrido por el club suma 225 asistencias.
Corresponde decirlo respecto de este 2018: la cara de la decepción la vivió con el seleccionado. La eliminación en los octavos de final del Mundial de Rusia, contra Francia, es una cicatriz visible. Sin embargo, el dolor no se trasladó a su juego. Messi, después del golpe, sigue siendo Messi. Incluso aunque no le den el Balón de Oro o el The Best de la FIFA, esta vez ganados por el croata Luka Modrid.
Esta vez, ante Celta, sin los brillos de tantos días y noches memorables, con su prestación le alcanzó para ser el jugador más influyente de la cancha, otra vez la figura. Además, con su gol, se consolidó como el máximo anotador de esta temporada de la Liga de España, con 15 goles, cuatro más que Cristian Stuani (del Girona) y que su compañero Luis Suárez. Va por su sexto Pichichi. Quiere igualar el récord de Telmo Zarra.
Con los destellos del primer tiempo, con los aportes siempre decisivos de Messi, con la creciente solidez defensiva (a pesar de las lesiones múltiples de sus zagueros, no recibió goles en las últimas cuatro fechas), Barcelona se impuso 2-0 y quedó como único líder, con tres puntos de ventaja sobre el Atlético de Madrid.
«No hemos pasado apuros», fue la síntesis que ofreció el entrenador Ernesto Valverde respecto del encuentro bajo el cielo catalán. Realidad en estado puro. Tanto que el segundo tiempo pareció un agregado para la estadística. Barcelona dosificó esfuerzos; el Celta exhibió sus limitaciones. De algún modo, se trató de una victoria burocrática, iluminada por esos ratitos de magia ofrecidos por Messi. Como tantas veces. Como casi siempre…
Clarin