El alza será menor si las petroleras tienen expectativa de estabilidad cambiaria entre los meses de marzo y septiembre.
Hoy empieza la subasta electrónica para que las distribuidoras compren el gas que se suministrará a los usuarios desde el 1 de abril de este año hasta el 31 de marzo de 2020. El concurso será en la Bolsa y las petroleras y comercializadoras ofertarán precio, volumen y cuenca de origen del gas, y tras descartarse las ofertas que excedan el máximo comprometido por las productoras y la demanda solicitada, se realizará la asignación automática por prorrata.
Con el procedimiento, el Gobierno supone que la ley de la oferta y la demanda será la que determinará el precio que pagarán los consumidores, y que éste será el más adecuado al promediar el valor del invierno cuando hay faltantes y se necesita importar, y el del período estival cuando hay excedentes del fluido. Por eso, por cada metro cúbico que se quiera colocar entre octubre y marzo de 2020, hay obligación de ofertar 2,5 metros cúbicos de abril a septiembre.
El esquema genera interrogantes porque cuatro productoras concentran más del 80% del gas que se produce en el país, y porque el exceso de oferta de octubre a marzo entró en una zona de duda luego de que el Gobierno tuvo que limitar los subsidios a la producción de gas en Vaca Muerta y algunas áreas de la cuenca austral.
Por otra parte, según las normas dictadas por la Secretaría de Energía y el Enargas, el producto será pagado por las distribuidoras a las petroleras a los 65 días de haberlo recibido, y hasta el gas que se entregue en octubre al tipo de cambio promedio del Banco Nación entre el 1 y el 15 de marzo. (A partir del 1 de octubre, el precio pactado tras la subasta se ajustará en pesos según el tipo de cambio promedio vigente entre el 1 y el 15 de septiembre).
De estas condiciones se deduce que las productoras trasladarán al precio que van a ofertar la expectativa sobre el valor del dólar entre marzo y septiembre, más el costo financiero de un eventual seguro de cambio, y el que surge de cobrar el gas a los 65 días de haberlo ingresado al sistema de transporte. Como contrapeso, el Enargas resolvió que hasta un 15% de las diferencias diarias entre lo pactado y lo real durante el semestre abril-septiembre, se trasladará a las tarifas del semestre siguiente.
Todos esos elementos son los que incidirán en el precio del gas que pagarán los usuarios por los consumos que se efectúen a partir del 1 de abril. De esta forma, el Gobierno entiende que el Estado dejará de intervenir en el mercado al mismo tiempo que sepulta la tablita de precios ascendentes del gas que había elaborado el exministro Juan José Aranguren, y que se basaba en tomar como referencia el precio promedio de importación del gas. Según esa tablita, entre abril y septiembre, el precio debía estar en u$s5,96 y en octubre-marzo de 2020 en u$s6,80.
En las tarifas que están vigentes actualmente, el precio del gas se ubica entre u$s4 y u$s4,20 por unidad. Se entiende que para otoño-invierno las petroleras seguirán mirando el precio de importación que se ubica en torno a u$s8, mientras que para el período estival deberían tomar como referencia el precio de la exportación que, según algunas fuentes, está por debajo de u$s4.
Un promedio simple arroja un precio para todo el año (abril-marzo de 2020) en torno a los u$s6. Si esto termina siendo así, el valor del gas tendrá un aumento del 50% con respecto al actual, a lo que debe añadirse el ajuste por inflación de los ingresos de transportistas y distribuidoras que rige también desde el 1 de abril, y debe volver a ajustarse el 1 de octubre.
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