Indicaron que en algunas hay más organización o más integrantes que en otras, pero que tienen representación.
Mediante un comunicado, informaron lo siguiente:
Existen compañeras que conocen la red, pero no se animan a formar parte y entendemos su postura. Muchas de las que hoy la conformamos pensábamos igual, pero hoy estamos acá para cuando quieran acompañarnos o necesiten ayuda.
Por otro lado, en la red tenemos un grupo interdisciplinario en el que hay abogadas, psicólogas y trabajadoras sociales, que hacen sus aportes. En este sentido, acompañan a aquellas que denuncian casos de acoso o abuso sexual por parte de jefes o compañeros policías. También brindan asesoramiento ante otras situaciones como hostigamiento y persecución o cuando se incumplen los derechos relacionados a licencias laborales, por
ejemplo.
Fuimos víctimas de la violencia de género en nuestro ámbito laboral y aún lo seguimos siendo, pero nos sentimos incómodas al utilizar esa palabra porque hoy nos vemos fuertes, empoderadas y activas. Hay mucho dolor en cada relato y nos sostenemos con las palabras, los mensajes o llamadas en la distancia y con la cercanía que se siente al saber que ya no nos callamos. Somos nosotras mismas las que nos levantamos.
Más allá de esto que hacemos a diario, que es muy importante para mantenernos fortalecidas, tenemos otro objetivo mucho más ambicioso. Queremos generar un cambio y por eso vamos más allá de un grupo de contención. Si bien escuchamos a las compañeras, también luchamos por que se revise la reglamentación policial actual y se incorpore a esta la perspectiva de género.
Si no estamos presentes en estas normativas, somos invisibles y no tenemos amparo legal. Los reglamentos policiales existentes fueron creados por hombres y para hombres, porque se redactaron en un contexto histórico en el que las mujeres no éramos consideradas dentro de la fuerza. Hoy somos muchas las mujeres policías trabajadoras y, además, somos trabajadoras, profesionales, madres, hijas, estudiantes y jefas de hogar. Las trabas para acceder a licencias por maternidad, de violencia de género, por estudio y otras, nos impiden realizar la carrera policial de la misma forma que lo hacen nuestros compañeros hombres. Algunos de los reglamentos policiales actuales cuentan con avances en relación a la perspectiva de género, sin embargo, muchos no se cumplen o se niegan sin justificativo.
Por estos motivos, creemos que es imprescindible exigir a Senadores y Diputados nacionales que aprueben el proyecto de ley nacional para incorporar la perspectiva de género en los reglamentos policiales existentes hasta hoy en cada provincia argentina. En eso trabaja la abogada Antonela Herrera, junto a otros abogados. Como dijo la Dra. Herrera, “el problema es estructural, el problema es la ley y necesitamos una normativa policial con perspectiva de género”.
Por todo esto, el objetivo más fuerte de la Red Nacional de Policías Argentina es frenar la violencia que sufrimos las mujeres en la institución policial y lograr igualdad de oportunidades y derechos para todos y todas.
¿Por qué exigimos un reglamento policial que incorpore la perspectiva de género?
● porque el actual fue redactado por hombres y para hombres, cuando las mujeres no éramos contempladas como parte de la fuerza
● porque, por este motivo, en la fuerza no se considera a las mujeres como trabajadoras, sino como madres abnegadas, amas de casa, esposas, cuerpos sexualizados y personal policial destinado a rangos inferiores.
● porque no podemos decidir libremente entre ser madres o trabajar, debido a que el embarazo es visto como un impedimento para ser policía
● porque se hace abuso de las licencias psiquiátricas, sumarios administrativos, traslados o disponibilidad ante situaciones de abuso sexual o restricción de derechos que se reclama
● porque dentro de la fuerza se encubre a jefes o personal policial masculino, que abusan sexualmente de su personal femenino a cargo o de sus compañeras y, por el contrario, se castiga a las mujeres policías víctimas con traslados, carpetas psiquiátricas o sumarios administrativos
● porque a pesar de que algunas normativas en ciertas provincias avanzaron en perspectiva de género, muchas veces no se cumplen o se conceden sólo a cambio de “favores” sexuales o económicos
● porque las violencias física, sexual, psicológica y laboral hacia nosotras dentro de la fuerza están naturalizadas y no existe un equipo especializado que acompañe a las víctimas y busque la resolución de estos casos específicos
● porque las situaciones que denunciamos se repiten en todas las provincias con la misma modalidad, amparando a abusadores y estigmatizando a víctimas
● porque todo esto esto significa un impedimento para ascensos y para trabajar en ciertos espacios operativos
● porque necesitamos una ley que nos nombre y que contemple nuestros derechos como mujeres
● porque las mujeres policías también somos trabajadoras y nos afecta el “techo de cristal” en nuestro ámbito laboral. En los cargos de poder policiales siguen dominando los varones y las mujeres policías quedamos relegadas a espacios
secundarios, sin posibilidades de ascender a otros más altos.
El Diario Nuevo Día