El sacerdote destacó la labor de la administración anterior en materia social: «Se hicieron obras que beneficiaron a los más pobres»
Desde que abandonó la parroquia de la Isla Maciel, Francisco «Paco Olveira» trabaja en el barrio de Libertad, perteneciente a la diócesis de Merlo-Moreno. El cura kirchnerista, que recientemente fue echado del obispado de Avellaneda-Lanús tras haberse expresado a favor de la legalización del aborto y haber increpado a la vicepresidente Gabriela Michetti en una misa, trazó un panorama sobre la difícil situación social que le toca ver todos los días.
El religioso contó que pasó 13 años en la Isla Maciel, desde 2005 a 2018. «Cuando llegué estaba Néstor Kirchner y siguió Cristina Kirchner; hubo una transformación, nadie me la contó. Se hicieron obras que beneficiaron a los más pobres, como el arreglo del puente Nicolás Avellaneda».
«Hoy tenemos un comedor que da de cenar a 750 personas, hay que laburar y mucho. Todo es voluntario, con mucha ayuda de la municipalidad de Avellaneda, pero el resto con mucho esfuerzo de cada día», completó Olveira durante su participación en «Debo decir», el programa que conduce Luis Novaresio en América.
«Hoy la gente no llega fin de mes —enfatizó el cura «Paco», que pertenece al «Grupo de Curas en la Opción por los Pobres»—. A veces perdemos la memoria cuando compramos espejitos de colores». «Venía la revolución de la alegría y ya ni Luis Juez se ríe», agregó, con el candidato a intendente de Córdoba presente en el estudio.
«Pusieron un sistema prepago de energía eléctrica, como el celular. Los vecinos tienen que elegir entre comprar un paquete de fideos o poner unos pesos en la luz, para tener luz un tiempo más. Esto antes no existía. Me piden que les cargue la sube y llenar la garrafa», añadió.
Y completó: «Hay cosas absolutamente básica que antes la gente las tenía porque había trabajo, changas, por la AUH, políticas que son del gobierno anterior que cada vez sirven menos porque con los precios esto no va a ningún lado».
El obispo de Avellaneda – Lanús Rubén Frassia expulsó a Olveira de su diócesis al considerar su «intransigencia y poca voluntad». Y justificó la decisión a través de un comunicado que se conoció la semana pasada: «En la práctica, personalmente y desde tribunas determinadas (Madres de Plaza de Mayo, Instituto Patria, y determinadas Cartas abiertas) comenzó como él mismo lo definiera `una guerra´, para que, el obispo, dé marcha atrás con el nombramiento del nuevo párroco y se siga una línea, que en su mayor porcentaje es una línea política e ideológica, no de pastoral como se hace en tantas diócesis a nivel barrios y también, la llamada pastoral de «curas villeros» que con sus características propias siempre se enmarca en un ambiente de unidad eclesial, no uniformidad, ni tampoco sectarismo, produciendo un gran bien en donde es desarrollada».
Su militancia política lo ha llevado a ofrecer en 2016 la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en la Isla Maciel, para una reunión entre Cristina Kirchner y el «Grupo de Curas en Opción por los Pobres» que habían convocado a la ex Presidente para interiorizarse sobre las políticas que defendería Unidad Ciudadana, la nueva agrupación con la que CFK terminaría compitiendo en las elecciones legislativas de 2017.
Y el sábado pasado durante la beatificación que se hizo en La Rioja del obispo asesinado Enrique Angelelli, dos curas y un laico, a la que asistió Gabriela Michetti, Olveira se le acercó y le dijo: «A Angelelli lo mataron por ponerse en contra de políticas similares a las de su gobierno. Usted no debería estar acá», y agregó: «Con todo respeto, su presencia insulta la memoria de nuestros mártires».