Una alianza entre la Corporación Puelo Patagonia, Tompkins Conservation y National Geographic facilitó el primer hallazgo de huemules en la cuenca del río Puelo, del lado chileno.
En dicho sector existían escasos registros de la presencia del huemul. Solo algunos relatos de pobladores indicaban haberlos visto en la zona. Recientemente, con la instalación de cámaras trampa, los expertos lograron tener el primer registro científico de una población numerosa y determinar su ubicación, la cual era incierta “dado que este ciervo nativo del sur de Chile y Argentina fue escapando de su hábitat natural debido a amenazas como el ganado, los perros y jabalíes”.
El coordinador del proyecto, Andrés Diez, subrayó que “haber registrado las primeras poblaciones de huemules en la comuna de Cochamó es un hallazgo muy importante, sobre todo considerando que es una especie en extremo peligro de extinción. Con todo, no podemos quedarnos acá, ahora es de vital importancia orientar esfuerzos públicos y privados que nos permitan asegurar su conservación en el largo plazo”.
Precisó que la cuenca del río Puelo “sigue demostrando que es uno de los lugares más representativos de la biodiversidad de los andes australes” y que “si la protegemos, estamos asegurando la conservación de una de las especies más emblemáticas de la Patagonia”.
“Esta noticia de que está a ambos lados de la cordillera nos pone muy contentos”, resaltó ayer el guardaparque Mauricio Berardi, del Parque Nacional Lago Puelo, al frente de un programa que desde hace 25 años viene trabajando en su preservación.
En la Comarca Andina, “todavía tenemos la suerte de encontrar huemules en la mayoría de las montañas que nos rodean, aún cuando no son fáciles de ver”, destacó.
Dijo al respecto que “se estima en unos 2 mil ejemplares la población total, entre la Patagonia argentina y chilena, en áreas aisladas, dispersas y lejos de las actividades humanas como la ganadería y la forestación exótica”.
Agregó que el pudú pudú es “también una especie amenazada, aunque su hábitat de bosques densos favorece su vida y reproducción, quizás un poco mejor que el huemul, que sufre mucho más con los incendios forestales, la contaminación y la destrucción de la naturaleza”.
Acerca de su avistamiento en la región, refirió que “se lo ha observado en áreas cercanas al río Azul, El Turbio, cerro Cuevas y otros lugares con sotobosque, caña colihue y lugares donde pueda obtener alimento”.
Para ambas especies “es muy peligroso el impacto directo de los perros sueltos –insistió-, además de la invasión de sus espacios naturales por parte de los ciervos europeos y jabalíes, que rivalizan por el alimento y los desplazan. En el caso del ciervo colorado, es muy competitivo y territorial en época de brama” (reproducción).
Como recomendación para los campesinos y excursionistas pidió “no llevar perros” y “no molestarlos. Si se produce un avistamiento, dejar que sea el animal quien determine la distancia de acercamiento”.
Programa
Del lado chileno, y con un presupuesto de casi 80 mil dólares, se está desarrollando un plan que comenzó el 1 de septiembre de 2018 y se extenderá hasta el 30 de septiembre de 2019.
El nombre del proyecto es “Develando la situación del huemul en la Patagonia norte para crear un corredor binacional para su conservación a largo plazo” y tiene como objetivos “identificar la distribución y número de huemules en la cuenca hidrográfica del río Puelo y develar cómo interactúan con ambos lados de la cordillera de los Andes”, además de “identificar las actividades humanas que se desarrollan en su territorio de distribución, con la premisa de entender la relación entre el huemul y estas actividades en pos de su conservación”.
Cristian Saucedo, administrador del Programa de Vida Silvestre de Tompkins Conservation, detalló que “a través de las cámaras trampa hemos logrado imágenes de diferentes huemules adultos, machos, hembras y crías siendo amamantadas. Estos hallazgos corresponden a los primeros resultados de esta iniciativa, la que continuará desarrollándose durante este año y que pretende describir la existencia de la especie en la zona y proponer estrategias de conservación con un enfoque transfronterizo, pues huemules, cóndores y otras especies son parte integral del ecosistema andino patagónico que comparten Chile y Argentina”.
Jornada