La recaudación promedio en julio rondó los 4.800 millones de pesos entre coparticipación, ingresos propios y regalías, pero una porción importante de los ingresos que aportan las empresas petroleras es retenida automáticamente para el pago de colocaciones de deuda. Además, Nación congeló transferencias por $ 700 millones por adelantos a Chubut.
El gobernador Mariano Arcioni contó en julio (con los descuentos por regalías y anticipos de Nación efectuados) con ingresos por 3.500 millones de pesos para afrontar compromisos por $ 5.384 millones para pagar sueldos y medio aguinaldo.
Los números no resisten mayor análisis y explican crudamente las dificultades y los motivos por los cuales el Gobierno tardó 29 dias para cancelar los haberes de los empleados estatales.
Chubut recaudó 4.800 millones de pesos en julio, pero solo ingresaron a las arcas $ 3.500 millones, producto de la retención automática de fondos provenientes de regalías petroleras utilizadas como «garantía» de diversos endeudamientos que tomó la Provincia; y el descuento de Nación por adelantos de Coparticipación Federal de Impuestos en meses anteriores.
De esta manera, ni el petróleo, ni la coparticipación ni la recaudación por impuestos provinciales forman parten del delicado entramado económico que llevó a la provincia del Chubut a tener focos de conflictos diversificados en todas las reas estatales por el incumplimiento de los compromisos acordados en las paritarias, así lo informó El Chubut.
Entonces: ¿Por qué Arcioni no pudo pagar el total de la masa salarial con los aumentos y retroactivos sellados en las negociaciones paritarias? Más aún: ¿Por qué pudo pagar cancelar sobre el filo del cierre del mes de julio los haberes al Poder Judicial, a la Legislatura y la Universidad de Chubut?
La respuesta proviene del aumento del 113% de la masa salarial de los empleados públicos durante junio de 2018 y el mismo mes de 2019, mutando de $ 1.748 millones a $ 3.724 millones.
Este sideral incremento resuelve en gran parte el enigma de las complejidades que atravesó Arcioni durante el mes de julio y que llevó al Gobierno a pagar sobre el filo del cierre del mes los sueldos al sector judicial y legislativo.
La culpa de no poder pagar los salarios en tiempo y forma no fue de Nación, ni de la coparticipación, menos de los ingresos provenientes de la Cuenca del Golfo y tampoco de la recaudación por impuestos provinciales que estuvo por encima de lo previsto.
A pesar de que los ingresos por regalías crecieron, la recaudación por Ingresos Brutos, Impuesto a los Sellos y el resto de los gravámenes provinciales aumentó y las transferencias automáticas por Coparticipación Federal de Impuestos registraron una suba en comparación con los últimos meses, el Gobierno no llegó a cubrir ni siquiera el monto total que demandó el medio aguinaldo y los sueldos correspondientes a junio.
Pero la gravedad es aún mayor: Estos montos no contemplan el pago de deuda, con lo cual no solo la recaudación no cubrió el costo salarial, sino que, además, el Gobierno no tuvo fondos ni siquiera para gastos de funcionamiento. Dicho en forma coloquial, Chubut atravesó julio «de prestado», como si un ciudadano de a pie o una familia hubiese «tarjeteado» todos sus consumos diarios.
Esta conjunción resistió aún más el consumo y los comercios de la Provincia afrontaron un mes de extrema sensibilidad financiera, con la salvedad de sectores turísticos, gastronómicos y hoteleros que sintieron en menor medida el cimbronazo producto de las vacaciones de invierno que generó movimiento principalmente en Puerto Madryn, Pirámides, Esquel y otras localidades de la zona cordillerana.