Cultura

Actrices argentinas que inmortalizaron a diversos personajes desde la Colonia hasta la actualidad

Peinados, vestuario y ambientaciones de época. Actrices y otras caras conocidas de la cultura posan ante la lente del documentalista Sebastián Naón: Luisa Kuliokse convierte en Juana Azurduy y Alejandra Darín, con estola de piel y collar de perlas, es Alicia Moreau de Justo. Eleonora Wexleresculpe la piedra recordando a Lola Mora y Anita Co embebe las letras de Alfonsina Storni. No actúan para una película. Son los rostros de la exposición Mujeres Inmortales.

La muestra recorre el papel de la mujer argentina desde el período colonial hasta la actualidad y cuenta con la participación de 57 retratadas, en su mayoría intérpretes. Dentro de los actos del centenario de la Asociación Argentina de Actores, la muestra se inaugurará el próximo jueves -en su sede de la calle Alsina 1762-, con 60 imágenes evocadoras de distintos momentos históricos.

El proyecto analiza el rol de la mujer en las oleadas migratorias, la lucha obrera, el voto femenino, la píldora anticonceptiva en los 60, la dictadura, la patria potestad compartida en los 80, la Ley de Cupo Femenino en los 90 y las organizaciones feministas del siglo XXI.

Sebastián Naón, fotógrafo, escritor y docente, ideó la iniciativa con el afán de «plasmar los cambios en usos y costumbres, la impronta social y laboral, cómo la mujer fue despegando de las tareas hogareñas y logrando una conciencia individual y de encuentro con otras mujeres en pos de una lucha más visible sin mirar a lo que hacía o decía el hombre». Con su trabajo, el documentalista busca «inmortalizarlas por lo que dejaron, a pesar de las trabas para recibirse, trabajar o usar minifalda».

A través de retratos que ponen el foco en miradas e intenciones, el relato visual comienza con una mulata. «Esto nos habla del mestizaje envuelto en un romanticismo que en realidad era abuso sexual hacia esclavas o nativas», señala el autor. En tiempos de la independencia, Leonor Manso encarnará el rol invisible de la mujer, «que solo podía cruzar una mirada o unas palabras en misa, abocada a las tareas hogareñas o acompañando al hombre».

Viviana Puerta será Martina Céspedes, la heroína criolla defensora de las invasiones inglesas del Río de la Plata. Anamá Ferreyra, la Difunta Correa; Malena Narvaez, la médica Petrona Eyley; Celeste Pisapia, la luchadora por los derechos laborales Carolina Muzzilliy, y, entre las librepensadoras, junto a Storni o Mora, Jorgelina Aruzzi se pondrá en la piel de Julieta Lanteri, la primera en votar en Argentina, en 1911.

Con la gran oleada migratoria llega al país la prostitución y la trata de personas, con organizaciones como la Zwi Migdal. Candela Vetrano y sus hermanas, Julieta y Paulina, representan a chicas de esta red sometidas a su madama, Mirta Wons.

En los años 20, Patricia Sosa y su hija Marta Mediavilla son retratadas en una escena alusiva a la posguerra europea, «cuando las mujeres empiezan a lograr una independencia, a trabajar y a frecuentar a otras mujeres en reuniones de lectura y charlas profundas», con cambios en la vestimenta: ropa más suelta y ligera, pelo corto a lo garçon y el despegue del corsé.

Laura Azcurra interpretará el rol laboral de la mujer en los 30, bajo la tutela del marido, aunque luego la misma actriz vive una especie de liberación en la narración al interpretar a una integrante de la UAM, Unión Argentina de Mujeres, que surge de la mano de Victoria Ocampo.

Una década después, Thelma Fardin escuchará la Ley 13010 del Sufragio Femenino sancionada en 1947 y Mirta Busnelli será una trabajadora de la Fundación Eva Perón. Anabel Cherubito escenificará la llegada de la píldora anticonceptiva; Ana María Picchio, el psicoanálisis de los 60, y Melody Llarens, la trata de personas.

Entre otras tantas evocaciones y figuras reales como la jugadora Macarena Sánchez o Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo, Fátima Flórez es Eva Perón y la cantante Daniela Herrero, Felicitas Guerrero.

Hacia el final del relato, junto a fotografías de las organizaciones feministas actuales, Romina Fernandes representa el hoy. Frase como «un largo camino hasta decidir, hasta soñar» recorren su cuerpo con bodypainting como símbolo «de una lucha que no termina». La última imagen, a modo de puntos suspensivos, abre la puerta a lo que vendrá.

PARA AGENDAR

Mujeres inmortales.Exposición de fotografías de Sebastián Naón, con la participación de actrices argentinas. Desde el jueves, en la Asociación Argentina de Actores, Alsina 1762, informó La Nación.

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