El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció este miércoles que está en proceso un golpe de Estado en su país, planeado por la derecha con apoyo internacional.
«Denuncio ante el pueblo boliviano y el mundo que está en proceso un golpe de estado que ha sido preparado por la derecha con apoyo internacional. Hago un llamado a organismos internacionales a defender la democracia», expresó el mandatario, quien compareció este miércoles ante los medios tras los comicios celebrados en el país el pasado domingo.
Además, Morales acusó a los opositores de obstaculizar el conteo de los votos, con ataques violentos como los llevados a cabo contra los tribunales electorales departamentales en varias regiones.
«Nuevo triunfo»
El presidente boliviano agradeció «por este nuevo triunfo» y afirmó que «ganó democráticamente» su cuarta elección consecutiva con una diferencia de «más de medio millón de votos» con su principal contendiente, Carlos Mesa.
Morales ratificó que su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), tenía la mayoría absoluta de diputados y senadores.
En su comparecencia ante los medios, llamó «a seguir construyendo la paz con justicia social» y a continuar «trabajando por el crecimiento económico».
«No vamos a entrar en confrontación»
El presidente boliviano afirmó que aunque han evitado caer en las provocaciones de los grupos opositores que desconocen los resultados y han amenazado con paralizar al país y obstruir sus vías, sus seguidores deben mantenerse en «estado de emergencia y movilización pacífica y constitucional para defender la democracia».
«Hasta ahora aguantamos con paciencia para evitar la violencia, no hemos entrado en confrontación ni vamos a entrar, pero vamos a defender la democracia», aseveró.
Por otro lado, le pidió a los opositores de derecha que «no sean responsables del enfrentamiento de los bolivianos» y «no siembren odio y desprecio a los sectores populares». «Todos somos seres humanos», afirmó.
Amedrentamientos
El mandatario boliviano denunció además el «amedrentamiento de candidatos electos, senadores y diputados» por parte de grupos opositores.
El pasado martes, el TSE emitió un comunicado en el que manifestó su rechazo por los «actos de violencia» en contra de los edificios de los Tribunales Electorales Departamentales (TED) y pidió a las «organizaciones políticas y a la sociedad civil que acompañen esta fase final de manera pacífica».
El pasado lunes, simpatizantes de la oposición boliviana se apostaron en los alrededores de la sede del Tribunal Supremo Electoral, en La Paz, donde se lleva a cabo el escrutinio de los votos, e intentaron intentado ingresar por la fuerza al centro de operaciones del recinto.
El recuento de de votos
En la jornada previa, el Ejecutivo invitó a los observadores de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos a verificar «una a una las actas de todo el país», después de el principal contendiente al mandatario, Carlos Mesa, denunciase fraude en el conteo de votos.
Poco después, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, aceptaba la invitación a través de Twitter para «verificar la integridad del proceso electoral» en el país suramericano.
Los resultados del conteo rápido oficial de los comicios del pasado domingo en Bolivia indican que Evo Morales ganaría las elecciones en primera vuelta. Con el 95,63 % de las actas verificadas, el actual presidente alcanza el 46,85 % de los votos, mientras que su principal oponente, Carlos Mesa, obtiene el 36,74 % de los sufragios.
Por su parte, el cómputo definitivo oficial, con el 96,78 % de las actas escrutadas, ofrece este miércoles un resultado similar al mostrado en el conteo rápido: 37,01 % de los votos para Mesa y 46,49 % para Morales.
La ley establece que, para definir una victoria sin balotaje, el candidato puntero debe tener más del 50 % de los votos, o al menos el 40 % con una diferencia de 10 % sobre el rival más cercano.