El Gobierno comenzó a usar en las últimas horas dólares que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le había prestado para «fortalecer las reservas» en forma precautoria -estaban en una cuenta del Tesoro en el Banco Central- con el objetivo de pagar deuda en pesos y en la divisa estadounidense.
El Ejecutivo usó con este destino US$1430 millones el viernes y otros US$533 millones el lunes, de aquella partida que en origen había sido de US$7263 millones, según surge de las estadísticas del BCRA. Así, del dinero que aportó el Fondo quedan ahora US$5306 millones. Los dólares fueron adquiridos por la entidad monetaria, explicaron en el Ministerio de Hacienda.
Según aclararon en el Ministerio de Hacienda a LA NACION, se tomaron US$1926 millones del Tesoro con el objetivo de cancelar deuda. Cerca del ministro, Hernán Lacunza, precisaron que los vencimientos pagados fueron Letes en dólares, Lecap en pesos, Bono PAR y préstamos del BID y de la CAF. También se pagó una deuda con el Banco Nación.
«Estos recursos son parte del préstamo acordado con el FMI, son depósitos del Tesoro, previstos para refuerzo presupuestario, de carácter precautorio. Mientras continuamos las conversaciones con el FMI con vistas a la quinta revisión del acuerdo Stand-By y un nuevo desembolso, el Gobierno está haciendo uso de parte de recursos para atender sus distintos compromisos presupuestarios y financieros», dijo la fuente oficial, y aclaró que esta idea se conversó en Washington la semana pasada y que, por lo tanto, el Fondo «está informado».
Fuentes cercanas a la negociación en Washington aclararon a este medio que «estos desembolsos se ponen a disposición de las autoridades de los países miembros para fines de balanza de pagos y, en algunos casos específicos, para apoyo presupuestario».
Desde el Banco Central señalaron a LA NACION que estas operaciones fueron parte de las habituales compras de dólares que la entidad le hace al Tesoro nacional «cuando tiene necesidad de pesos». Pero que esos recursos «siempre fueron de Hacienda».
El dato intranquilizó al mercado, que lo leyó como una demostración más de la escasez de recursos, y estrecha el desfiladero que atraviesa la golpeada economía local, a pesar de que mejora el cálculo de «reservas netas» que algunos hacían, sin considerar estos fondos como «disponibles» en la realidad, dada la restricción que había impuesto el FMI en un principio.
En el Gobierno informaron que esa partida, que fue parte del primer paquete de financiamiento al que país accedió el año pasado tras firmar un acuerdo con el FMI y tenía ese destino específico, quedó habilitada luego de su revisión para ser utilizada para cubrir «gastos presupuestarios o pagos». Y aclararon que el movimiento fue debidamente informado al FMI, que no lo objetó, aunque en los hechos no necesitaba aprobación previa.
En el mercado hubo otras lecturas. «Algunos interpretan que este permiso del FMI fue la contracara de no haber mandado el nuevo desembolso [los US$5400 millones que siguen pendientes de envío]. Si fuera así, y dado que el dinero es fungible, el no mandar el desembolso es más una estrategia de cara a Alberto Fernández que un reto a Mauricio Macri», interpretó el economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma, en obvia alusión a que de ese modo le generaría incentivos al hoy candidato para que encare una negociación con el Fondo.
Para el economista Martín Kalos, de la consultora Elypsis, que el dinero que debía ser mantenido en reservas del BCRA pase a ser usado demuestra que casi no queda punto en pié del acuerdo original con el FMI».
«Esto pasó de ser un fortalecimiento a un desfortalecimientode las reservas», evaluó por su parte Santiago López Alfaro, de Delphos Investment, al evaluar la transferencia.
El uso de esta partida por parte del Tesoro nacional se produjo una semana después del regreso del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, de Washington, donde se reunió con los técnicos del FMI y tuvo el primer encuentro con Kristalina Georgieva, la nueva titular de la entidad multilateral.
Allí se había presentado con intenciones de apurar el desembolso pendiente por US$5400 millones, que estaba previsto para mediados de septiembre y quedó postergado y sin fecha. De allí que en el mercado se interpretó que, a cambio, surgió un guiño del organismo para el uso de esta partida. Después de todo eran fondos ya desembolsados.
Informó, La Nación.