Pese al freno en la actividad por las medidas nacionales, YPF proyecta un pozo de 4200 metros en Bandurria Sur y no quiere bajar de 4000 metros en Loma Campana. Una tendencia que busca más eficiencia y productividad.
Avanzar en la extensión de los pozos horizontales parece ser el desafío que se propusieron las operadoras de Vaca Muerta. En especial la estatal YPF, que ya anunció una perforación lateral de 4200 metros en Bandurria Sur y proyecta otras que alcanzarán los 4000 en Loma Campana, su área estrella en los no convencionales. En ambos casos se trata de desarrollos masivos con objetivo en la formación shale. YPF plantea en este plan para Loma Campana, expuesto en el Estudio de Impacto Ambiental al que accedió +e, que los pozos horizontales tengan ramas de 1500 a 4000 metros para llegar al objetivo geológico. El plan de desarrollo integral está diseñado para el periodo 2020/2021.
En Bandurria Sur, YPF ya tiene proyectado un pozo horizontal de nada menos que 4,2 kilómetros de longitud que se convertirá en el más extenso de los pozos que buscan extraer hidrocarburos de roca de esquisto. El objetivo es tenerlo listo y en producción para 2021, año en el que la compañía espera tener grandes resultados en petróleo.
El “pozo XL” que se mantiene en el podio hasta ahora es el LT1S.1005h de ExxonMobil. La empresa estadounidense llegó a los 3362 metros de extensión horizontal en el área Los Toldos 1 Sur, ubicada unos 105 kilómetros al noroeste de Añelo y 60 al suroeste de Rincón de los Sauces.
Las perforaciones laterales tienen una ligazón con la productividad y explican en buena medida el incremento de la producción en Neuquén. Es que a más longitud, más etapas de fractura y más producción de hidrocarburos. Esa ha sido la clave del salto de actividad en la provincia, más allá de que en la actualidad se vea atenuada por la incertidumbre que generó el DNU 566.
Pese al establecimiento de un precio interno del crudo y un tipo de cambio exclusivo para la industria, las compañías siguen proyectando el futuro en la formación Vaca Muerta. En algunos casos, el impacto del congelamiento del precio de las naftas hasta el 13 de noviembre -pese a que en el medio hubo una actualización del 4%- permitió a las operadoras quitar el pie del acelerador ante la falta de infraestructura para transportar petróleo y gas en el mercado interno o exportarlo.
Hasta antes del coletazo de las medidas del presidente Mauricio Macri sobre la industria, la lógica que se consolidaba era “menos equipos, más hidrocarburos”. Las torres en Vaca Muerta que realizan kilométricas perforaciones horizontales permiten más eficiencia, más etapas de fractura en cada vez menos tiempo y el consiguiente aumento de la producción.
Hace apenas tres años, la extensión máxima a la que se aspiraba era de 1500 metros de rama lateral. Luego, ninguna operadora bajaba de 2500. Así se llegará a un 2020 con longitudes de 4000 que serán más frecuentes.
A su vez, las etapas de fractura se hacen a mayor velocidad y este año hubo una escalada de récords que lograron las empresas de servicios. Primero fue Hallliburton en mayo cuando logró 10 etapas en 24 horas para YPF, después Schlumberger para Vista Oil & Gas llegó a 11 en junio y por último fue Calfrac la que achicó los tiempos con cuatro etapas en 12 horas para YPF en agosto.
Además de la longitud lateral, la profundidad es un dato destacado. En La Ribera, YPF tiene proyectado un plan de 46 pozos de 5400 metros con la mirada puesta en Vaca Muerta. En este proyecto en particular, la empresa que dirige el Estado nacional quiere empezar a producir en 2020 shale gas y también gas condensado por un plazo de 10 años, informó Imneuquen.