Rafael Nadal no sólo es el tenista más querido en España: también acaba de lograr lo que pocos: que su casamiento con su novia de hace 14 años, Mery Francisca «Xisca» Perelló transcurra en la «máxima intimidad».
Todo un récord. Sobre todo, si se tiene en cuenta el interés que despierta y que los invitados son reyes, deportistas de elite, figuras del espectáculo y deportistas de alta exposición.
El rey emérito Juan Carlos de Borbón fue de la partida, junto con la reina emérita Sofía. Ambos se trasladaron hasta Mallorca, en Islas Baleares, para llegar hasta la preciosa casona antigua -llamada Sa Fortalesa- en la que se celebró la ceremonia.
Sofía no tanto. Pero el rey Juan Carlos suele estar siempre en las principales finales que juega el tenista y lo alienta desde un palco. Más de una vez Rafael le dedicó un triunfo.
Novia de siempre
El operativo de seguridad es impresionante. «Digno de un presidente», dijeron fuentes militares. Nacido en Manacor, una ciudad en la isla de Mallorca, Nadal dijo desde siempre que querría casarse en su isla y que eso quería que transcurriera en la máxima intimidad.
«Son dos personas que se quieren y que darán un paso fundamental en sus vidas. No quieren ser molestados», dijeron autoridades del municipio, donde Nadal no sólo es una estrella sino que es sumamente querido.
Francisca, a quien todos llaman Xisca, es la pareja de Nadal hace más de 14 años. Los dos tienen pasión por el mismo bajo perfil. No les gusta que su vida sea cuestión pública, aunque entienden lo que significa la exposición a la que está sometido el tenista.
También nacida en Mallorca, hija de un constructor y de una empleada del Ayuntamiento local, Xisca estudió Administración de Empresas.
Hoy se desempeña como directora de Estrategia y Relaciones Públicas de la Fundación Rafa Nadal, como parte de la academia de tenis del mismo nombre. Conoció a Nadal a través de la hermana más chica del tenista (Maribel), con la que coincidió en la escuela.
Desde que se conocieron, forjaron los dos un vínculo que se basó en el apoyo, el compañerismo y la sencillez. Así lo describe el propio Rafael en una de sus biografías.
Secreto absoluto
Tal es su obsesión por el respeto a la intimidad que el tenista se enojó con su círculo íntimo cuando trascendió la fecha de su compromiso y los planes de casamiento.
Parece que muy pocos lo sabían y que lanzó una intensa pesquisa para determinar quién había dado a conocer el dato, que expresamente había pedido que no trascendiera. Hoy todo es celebración.
La pareja ya está casada -ya son marido y mujer- en un convite en el que contó con figuras llegadas de todas partes del planeta. A todos los invitados le pidieron algo especial en la llegada al castillo: que dejaran sus teléfonos celulares fuera de los salones.
Entre los que llegaron de nuestro país figura el tandilense Juan «Pico» Mónaco, hoy en pareja con la modelo francesa Diana Arnopoulos, que reside en Miami.
No se vio al suizo Roger Federer, gran amigo de Nadal, con quien protagoniza los más apasionantes partidos de final de campeonato. El suizo estaba fuera de España y se le hacía difícil llegar.
El día acompañó. Un sol radiante brillaba cuando los autos con los invitados cruzaron la señorial verja de Sa Fortaleza.
El rey Juan Carlos, en la delantera del auto, como le gusta viajar. También se vio a los tenistas Feliciano López, David Ferrer, Albert Costa y Marc López. Todos ellos, acompañados por sus parejas.
Entre los familiares de ambos contrayentes estaban quienes trabajaron en la carrera del tenista, sus tíos Toni y Miguel Angel. También estaba su actual entrenador, Carlos Moyá, con su mujer, Carolina Cerezuela, informó La Nación.