Fue en la apertura del encuentro del Grupo Puebla que se hace en Buenos Aires. Lula saludó “a la gran compañera Cristina Kirchner”. Preocupa la relación con Bolsonaro.
Junto a la brasileña Dilma Rousseff y otros ex mandatarios de la región, Alberto Fernández celebró la liberación de Luiz Inácio Lula da Silva en la apertura del encuentro del Grupo de Puebla y tensó más la cuerda con el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, aunque se encargó de recalcar que “ningún gobierno de coyuntura» va a “romper” la unidad entre ambos países.
“Con Lula libre también soplan otros vientos y confío en esos vientos. La unidad entre Brasil y Argentina es indisoluble, ningún gobierno de coyuntura puede romperlo, nada lo va a romper. Vamos a seguir trabajando por esa unidad, que es el eje de la unidad de América del Sur», apuntó Fernández, desde el escenario que compartió junto a Rousseff, el ex presidente colombiano Ernesto Samper, y el ex candidato presidencial chileno Marco Enríquez-Ominami.
Como anfitrión y principal foco de atención, Alberto fue el encargado de las palabras finales del acto. Antes, se transmitió el mensaje enviado para la ocasión por Da Silva tras recuperar su libertad.
En el video, además de felicitar a Fernández y «a la gran compañera» Cristina Kirchner por el triunfo en las urnas, el ex mandatario aseguró que se siente “con mucho deseo de luchar».
Las continuas demostraciones de afinidad de Alberto con «Lula» abonan el enfrentamiento ya abierto entre Fernández y el controvertido presidente del país vecino, que sigue sumando capítulos.
En la cena que varios de los integrantes del grupo de Puebla compartieron como previa del evento, Fernández formalizó ante Rousseff la invitación para que ella y Lula participen de su asunción el 10 de diciembre; acto al que Jair Bolsonaro ya adelantó que no participará y no confirmó a quién enviará en representación de Brasil.
En esa comida, Alberto también le prometió a Samper, ex secretario general de la Unasur, “traer” a la Argentina la estatua de Néstor Kirchner que fue desmontada del edificio de la sede de Quito.
En el albertismo creen que es muy difícil que haya una repentina “vuelta atrás” en la relación con Bolsonaro y comentan que el mandatario ahora podría enviar a un “representante de la ciudadanía” a la jura en Argentina.
«Estoy feliz de verlo a Lula libre otra vez, nunca debemos dudar de estar al lado del que está padeciendo injustamente y nunca debemos especular con eso», empezó su discurso Fernández en el Hotel Emperador.
Entre el público estaba el ex presidente de Paraguay, Fernando Lugo. El español José Luis Rodríguez Zapatero estuvo ausenteal igual que el ecuatoriano Rafael Correa y José “Pepe” Mujica, aunque el uruguayo participó en la comida de la noche anterior.
Durante toda su exposición, Fernández buscó mostrar una postura “progresista” y reivindicar alianzas regionales del pasado.
“Cuando visité a Lula en prisión me dijo: ‘voce tein que ganar en Argentina’. Cumplí Lula, gané en Argentina y la vamos a poner de pie y también a América Latina, con todos ustedes«, aseguró.
Acto seguido sentó posición sobre las crisis que atraviesan Ecuador, Chile y Bolivia.
“Lo que pasa en Bolivia es que hay una clase dominante que no se resigna a perder el poder en manos de un presidente que es el primer presidente boliviano que se parece a los bolivianos, eso es lo que pasa», apuntó, en un fuerte respaldo a Evo Morales.
A Sebatián Piñera, por su parte, le pidió que “haga un esfuerzo mayorporque el pueblo de Chile lo está reclamando”. “En Chile el 1% de la población se apropia del 30% del ingreso ¿Quién puede vivir con semejante inequidad?”, señaló Fernández y consideró que “el milagro es que (la sociedad) no haya reaccionado antes”.
Igualmente, se ofreció a “ayudar en todo lo que haga falta para que Chile recupere la paz y se encause en un modelo más igualitario».
Aunque sin nombrarlo, se mostró muy duro con el ecuatoriano Lenin Moreno: “Allí detienen gobernadores, opositores, los acusan del delito de rebelión sin que ninguno haya tenido un arma en sus manos. Allí hay un vicepresidente preso hace más de dos años y nadie levanta la voz y debemos hacerlo».
Para escuchar a Alberto Fernández llegó una comitiva de lo más variada. Entre ellos, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; los dirigentes sindicales de Suteba y la CTA, Roberto Baradel y Hugo Yasky; los diputados Felipe Solá, Daniel Arroyo, Victoria Donda y Daniel Filmus; el ex ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el ex canciller, Jorge Taiana; la senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti; el ex candidato a jefe de Gobierno porteño del Frente de Todos, Matías Lammens; la gobernadora Tierra del Fuego, Rosana Bertone; intendentes bonarenses y hasta el ex jefe de Gabinete, Juan Abal Medina, que declaró en la Causa de los Cuadernos y reconoció que recibió aportes, informó Clarín.