Al presidente francés no lo conoce, pero ya hablaron por teléfono. La coincidencia con Menem.
Después de sus viajes por América Latina, el presidente electo Alberto Fernández parte hacia Europa en la última semana de noviembre en busca de reputación internacional y para buscar destruir los estereotipos que otra victoria peronista puede generar entre sus pares europeos. Intentará explicar la crisis de representatividad que sacude a América Latina en Chile y Bolivia, el asilo de Evo Morales y le preguntaránsi hay riesgos de contagio regional y cuál será el futuro para las inversiones.
Si la situación regional no lo obliga a cambios, Alberto Fernández llegará a París el 24 y 25 de noviembre para encontrarse con el presidente Emmanuel Macron en el palacio del Eliseo. No se conocen pero mantuvieron una larga conversación el sábado pasado, cuando Francia celebraba el feriado del Armisticio y Macron descansaba junto a la primera dama Brigitte. Estaba en La Lanterne, la casa de fin de semana de los primeros ministros en el parque de Versalles , que Nicolás Sarkozy apropió para ser habitada por los jefes de estado.
Con la violencia en Chile como telón de fondo, después que el presidente chileno Sebastián Piñera fue invitado especial al Grupo de los Siete en Biarritz como un modelo de gobernante, y la anarquía en Bolivia, Macron y Fernández mantuvieron una conversación de una hora profunda y detallada. Bolivia, Chile, Jair Bolsonaro, Brasil y el acuerdo Mercosur con la Unión Europea estuvieron en el temario.
El Quai d´Orsay, la cancillería francesa, no pudo confirmar durante el fin de semana el intercambio pero lo ratificó el martes. Al igual que el palacio del Eliseo. Lo que estaba en duda inicialmente fue hasta donde había una expresa invitación para visitar al jefe de estado, cuando la agenda de Macron es extremadamente complicada en esos días. Debe enfrentar las reformas hospitalarias esas semanas, las movilizaciones en contra , la huelga del 5 de diciembre y sus pre negociaciones, la cumbre de la OTAN en Londres junto a Donald Trump y sus socios. Entre ese calendario debe encontrar un tiempo para recibir al presidente electo argentino. Un status que no tiene una tradición en el Eliseo para ser recibido por un jefe de estado francés hasta que asume su cargo oficialmente.
Alberto Fernández repite con este tour la conducta de Carlos Menem, el presidente peronista, que aterrizó en Paris tras su victoria en 1989 y se instaló en el hotel Crillon junto a su colorido “entourage”, vestido de pantalones de cuero negros y campera de motociclista. Fue recibido entonces por Jacques Chirac, el alcalde de Paris, y tuvo un cortejo de dos motociclistas franceses. Lo acompañaban entonces su esposa Zulema y su hija Zulemita, sus secretarios , el candidato a canciller Domingo Cavallo, Julio Mera Figueroa y Luis Santos ”Paganini” Casale, que paseaba por el hall del hotel con un atachee de cocodrilo cargado de dólares y se encargaba de los pagos, entre muchos otros.
Se desconoce cuál es el equipo que acompañará a Alberto Fernández. El Crillon, frente a la plaza de la Concorde, es el hotel donde el gobierno francés aloja a sus invitados y solo pagan seis habitaciones en esos casos.
Francia es solo una de las escalas. Después de su encuentro con los embajadores europeos durante un almuerzo en Buenos Aires, Fernández aceptó la invitación de visitar Italia por sugerencia de su embajador en Argentina, Giusseppe Manzo. Será recibido en Roma por el presidente, Sergio Matarrella. El embajador en Alemania, Jürguen Christian Mertens lo invitó a Berlín. Pero se debe acordar si la canciller alemana Ángela Merkel podrá tener espacio en su agenda , cuando está la organización de la OTAN en Londres el 4 de diciembre, que es vital para la futura seguridad europea, cuando Macron la calificó de ser “un cerebro muerto” y ella quiere revitalizarla.
Fernández ya ha visitado España y Portugal . Ahora quiere conseguir el apoyo europeo en sus negociaciones con el FMI para la renegociación de la deuda argentina con los diferentes jefes de estado antes de su asunción.
No se sabe si el presidente electo se apoyará en la embajada argentina en cada una de sus escalas. En los tres países hay diplomáticos de carrera como embajadores , que han recibido la instrucción de la cancillería en Buenos Aires de ofrecer sus servicios y recibir a Alberto Fernández como un presidente, informó Clarín.