Los jóvenes españoles están condenados a vivir en casa de sus padres. Apenas uno de cada cinco (el 18,6%) de quienes tienen de 16 a 29 años se había emancipado en el segundo trimestre del año. Una cifra que se ha ido reduciendo desde 2008, cuando alcanzó el 26%. Mientras, el esfuerzo que deben hacer para afrontar el alquiler ha ido en aumento.
Si hace una década —cuarto trimestre de 2009— los menores de 30 debían pagar alrededor del 56% de su sueldo para poder permitirse vivir solos, ahora esta cantidad ha escalado hasta superar el 94%, según los datos del Observatorio de Emancipación, que han sido presentados este martes y elaborados por el Consejo de la Juventud, un espacio de participación que engloba a medio millón de jóvenes. El observatorio comenzó a estudiar estos datos en 2006. Desde entonces, nunca antes un joven había tenido que destinar tanto dinero de su sueldo para poder vivir solo.
Patricia Barcala tiene 24 años y es mileurista. “Me encantaría independizarme, pero es un gasto que no puedo asumir”, cuenta esta madrileña que trabaja desde hace un año en una consultora digital. Tiene un contrato indefinido, pero sigue viviendo con su madre.
Lleva un par de años considerando el irse a vivir con su novio. “Hemos estado buscando pisos, pero es una locura. Los que están mínimamente decentes no bajan de los 1.200 euros. Y para los salarios de hoy en día, y sobre todo en la gente junior, los alquileres son altísimos”, se lamenta. Barcala critica las pocas facilidades que les dan a los jóvenes y compara esta situación con otros países en los que ha vivido, como Finlandia. “Allá todo es más caro, pero los sueldos van acordes. Lo de España no tiene ni pies ni cabeza”, zanja.