El presidente Alberto Fernández intervendrá la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) para avanzar en «una reestructuración de todo el sistema de inteligencia» y anticipó que los fondos reservados del organismo de espionaje «dejarán de ser secretos» y «serán reasignados para financiar el presupuesto del Plan contra el Hambre en la Argentina».
En su discurso de asunción tras haber tomado posesión del cargo, el flamante mandatario en el Congreso subrayó que quiere una «transformación profunda» del espionaje en la Argentina.
Respecto al segundo punto, el jefe de Estado precisó que ha «decidido que sea intervenida la Agencia Federal de Inteligencia, para impulsar así una reestructuración de todo el sistema de inteligencia e información estratégica del Estado».
En ese sentido, Alberto Fernández remarcó que el «paso inmediato» a esa medida será «la derogación del decreto 656 del 2016, que fue una de las primeras y penosas medidas que la anterior Administración promovió».
«Significó consagrar el secreto para el empleo de los fondos reservados por parte de los agentes de inteligencia del Estado», cuestionó el Presidente, quien consideró que el mencionado decreto fue «un lamentable retroceso institucional».
Pero, ¿qué es la AFI?
Este oganismo, sito en 25 de mayo al 11 (a solo unos metros de la Casa Rosada), funciona bajo la conducción política e institucional del Poder Ejecutivo Nacional.
Es el órgano superior del Sistema de Inteligencia Nacional (SIN) y abarca los organismos que lo integran. Su deber es asesorar al Presidente de la Nación y a los funcionarios del más alto nivel para la toma de decisiones, en el marco de su incumbencia, según informa la entidad en su sitio oficial.
Dentro de su función específica, se encuentra la producción de inteligencia nacional e inteligencia criminal referida a delitos federales complejos, en el marco del respeto a los derechos y garantías de los ciudadanos consagrados en la Constitución Nacional y tratados internacionales, como así también a las leyes que regulan su actividad.
Se rige por la Ley de Inteligencia Nacional (25.520) y su modificatoria (27.126), la que fue promulgada el 3 de marzo de 2015 y publicada en el Boletín Oficial a los dos días. La misma entró en vigencia 120 días después y tuvo como fin la creación de la Agencia Federal de Inteligencia. La reforma establecida disolvió la Secretaría de Inteligencia (SIDE) y transfirió desde el Ministerio de Seguridad de la Nación la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal a la AFI.
La información relativa a la Agencia y a las tareas que ejerce tiene distintos grados de clasificación de seguridad según la sensibilidad de la misma y la capacidad que puede tener para afectar los intereses fundamentales u objetivos vitales de la Nación.
La propia ley marca tres niveles de clasificación de seguridad: secreto, confidencial y público.
La Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia se encarga de controlar a la Agencia y también a los otros dos organismos que integran el Sistema de Inteligencia Nacional.Así lo informó iProfesional.