Tuvieron aumentos de 88,1% y de 85% respectivamente, cuando el alza del dólar fue casi 63%. Se trata de productos esenciales con componentes importados.
Pañales, medicamentos, algunas frutas, manteca, champú, carne, leche, autos y telefonía e internet fueron los productos y servicios que más aumentaron sus precios durante 2019, muy por encima del promedio. Variaron en forma casi homogenea en las distintas regiones del país y se destacaron por registrar incrementos no menores al 60% y hasta de más del 100%.
En algunos casos eso pasó por tratarse de productos importados, como artefactos para el hogar o autos que, en un contexto de volatilidad cambiaría agregó varios puntos más a la propia suba del dólar. Pero también a que gran parte de los bienes que produce el país son transables y en un escenario de devaluación de la moneda los precios internos tienden a subir en mayor medida que los servicios que además, tuvieron períodos de congelamiento de tarifas y precios.
Así, un factor fue el alza del dólar que aumentó en ese período un 62,98%. Pero no alcanza para explicar que la suba de los precios de un conjunto de bienes y servicios haya superado el salto del tipo de cambio. Tampoco puede atribuirse a los costos laborales por cuanto los salarios aumentaron entre 10 y 20 puntos por debajo de la inflación y además hubo una reducción de las contribuciones patronales.
Un factor de peso fue el altísimo costo financiero que llegó a superar los niveles del 100% y las expectativas de una mayor devaluación del peso que se acentuaron luego de las PASO, acompañada hacia el final del año con una mayor emisión monetaria.
En general, los mayores incrementos corresponden a bienes y servicios no regulados ya que, según Lorenzo Sigaut, de Ecolatina, “el congelamiento tarifario de la segunda mitad de 2019 ayudó a que los precios regulados crezcan el 48,2%, los estacionales (+ 48,9%)”, mientras los precios libres ( IPC Núcleo) subieron un 56,7%. Y aquí se destacaron los precios de bienes y servicios indispensables, de alta demanda, difíciles de sustituir o postergar, como es el caso de los medicamentos e incluso los pañales descartables, y de los servicios de internet.
“Los medicamentos no solo son productos de su carácter transable sino presentan una demanda inelástica con respecto al precio, producto de su carácter esencial”, aclara Juan Pablo Di Iorio de ACM. Y por el lado de la oferta, la concentración de la producción en pocos grupos ayudó a que compensaran vía precios la caída del consumo.
El alza de los precios de los alimentos y en especial de la carne se atribuye a las mayores exportaciones que arrastraron a los precios internos, a pesar de la caída de la demanda interna. Di Iorio de ACM señala que “el rubro Carnes (62,1% de aumento en Capital y GBA), al ser un producto de exportación, el tipo de cambio tiene un impacto considerable. Al mismo tiempo , dado el esquema de retenciones de $4 por dólar, también se dio un proceso de reducción de las retenciones con su respectivo impacto en los precios domésticos”.
Hacia delante las incógnitas son muy variadas porque la desaceleración de los precios de los últimos días se apoya en un dólar controlado bajo un riguroso cepo, con mayor emisión y con congelamientos transitorios en medio de un proceso de negociación de la deuda que recién comienza. Por eso las expectativas de inflación siguen siendo altas.