El ministro de Seguridad bonaerense no logra afinidad con los jefes comunales, quienes reclaman medidas para sus municipios y se enrolan con el Presidente. Berni y su mala relación con Frederic.
Sergio Alejandro Berni fue el último viernes hasta Almirante Brown, municipio bonaerense de la tercera sección electoral, para una reunión con intendentes e intendentas de la provincia mayor para hablar de la agenda de Seguridad.
Pero la cita entre el ministro de Seguridad bonaerense y los y las alcaldes peronistas no tuvo un final feliz: más allá de algunas excepciones, la relación entre los que conducen los municipios conurbanos y Berni es mala.
Quienes participaron de la cita en el Centro de Operaciones Municipal de Almirante Brown tenían en mente los anteriores cruces de Berni ni más ni menos que con el presidente de la Nación, Alberto Ángel Fernández, y con la ministra nacional de Seguridad, Sabina Frederic.
Eso fue tras un cortocircuito entre el ministro provincial y la ministra nacional en torno al uso de las pistolas Taser y la legalización de la droga, temas en los que Berni dio su punto de vista sosteniendo que «ningún cambio se logra desde el pensamiento único, sino teniendo diferentes miradas y escuchándonos”. Y remató: “Nadie es dueño de la verdad absoluta».
El presidente Fernández habló del asunto y le puso los puntos al vehemente Berni: «Sería bueno que se ocupe de la provincia de Buenos Aires, que tiene muchos problemas para resolver básicamente. Sabina expresa exactamente lo que yo creo que hay que hacer en materia de seguridad. Cuenta con todo mi aval, con todo mi apoyo y estoy seguro de que está en la senda correcta y el resto son opiniones de alguien», dijo el jefe de Estado.
Estas diferencias fueron anticipadas -tres meses atrás- por Clarín, en plena campaña, cuando desde el núcleo íntimo de Alberto se decía que no querían para Seguridad de Nación con “un ministro a lo Berni”; esto es, alguien con perfil alto, defensor de una línea dura, más afín al perfil de la saliente Patricia Bullrich que al de Frederic, quien en campaña ya coordinaba trabajos de equipos para el área en la que resultó elegida.
Pero la idea de que el ministro de Seguridad de Axel Kicillof mantenga un contrapunto con el Presidente -a quien no mencionó como su jefe político sino que dijo que ese rol es de Cristina Kirchner- puso en peligro la cumbre del último viernes. Varios intendentes analizaron con pegar el faltazo para no tener una foto con quien había desafiado (a un mes apenas de la asunción del nuevo gobierno) con el mismísimo Presidente. Pero la pax llegó y todos fueron, pues evaluaron los más enojados con que sería también es mala señal que hubiera un plantón o una foto incompleta.
Así que la cita sucedió con el intendente local Mariano Cascallares a la cabeza, y con las jefas comunales Mayra Mendoza (Quilmes), Mariel Fernández (Moreno) y Marisa Fassi (Cañuelas); Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Nicolás Mantegazza (San Vicente), Andrés Watson (Florencio Varela), Mauro García (General Rodríguez), Federico Achaval (Pilar), Fernando Moreira (General San Martín), Santiago Maggiotti (Navarro), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Gustavo Menéndez (Merlo). Estuvo también presente la ministra de Gobierno provincial, Teresa García, una operadora política de la confianza de Kicillof.
En el reducto de Berni niegan los cortocircuitos y aseguran que “el Doctor está en reuniones con intendentes casi todos los días”. Y en la última reunión “los vimos conformes: se presentó un plan de organización policial a nivel municipal para recuperar el mando y el comando y establecer un control político de las fuerzas locales junto con los intendentes”.
Requerido el punto de vista de Berni, respondió: “Hemos comenzado un programa de profesionalización de la policía donde los intendentes van a tener un rol fundamental en el control político de la fuerza de seguridad en cada uno de los distritos”.
Pero la relación Berni-intendentes es mala desde hace varios años a quien ven como que “siempre nos jugó mal, él privilegia la construcción de su figura individual, desde la época del ‘Súper Berni’, activo en operativos y subido a helicópteros ante las cámaras de televisión”, aseguraba en voz baja un intendente molesto.
Es más: varios de los que no congenian con el activo militar y médico señalan que Berni quería ser ministro de Seguridad pero en Nación y no en Provincia, a donde llegó por designio de Cristina Fernández de Kirchner.
¿Avalará CFK los cruces de Berni con Alberto y Frederic? ¿O le molestará como cuando el ministro provincial definió a Kicillof como “el administrador bonaerense” y no, como su superior?, señaló Clarín.