El “corderazo” se instaló como “una nueva forma en que los pequeños productores tomamos el espacio público para denunciar las inequidades del sistema agroalimentario”, resaltaron referentes de la Unión de Trabajadores de la Tierra, luego de las experiencias desarrolladas desde Navidad en la Comarca Andina del Paralelo 42°.
La operatoria “nos dio una nueva perspectiva a las organizaciones de la zona de la meseta y cordillera, demostrando que se pueden construir canales cortos de comercialización y que seamos las familias productoras las protagonistas en la venta de los alimentos. Podemos llegar a la mesa de las familias vecinas con alimentos sanos, frescos y a precios populares, en nuestro caso, comercializando de forma directa la carne”, graficaron.
Además “quedó de manifiesto la capacidad de las familias de la U.T.T. de abastecer al comercio minorista: Ya se vendieron corderos y chivos campesinos a tres carnicerías ubicadas en El Hoyo y Lago Puelo y se llevó adelante un corderazo en acuerdo con la ATECh”, agregaron.
Desde su óptica “evidenciamos que la lucha es el único camino para disputar la renta hacia el interior de la cadena de valor de la carne y construir un esquema de comercio justo”. En este sentido “se fueron resolviendo una serie de injusticias como los casos de establecimientos de pequeños productores que estaban impedidos de mover sus animales del campo, prohibición que contribuía a garantizar las ganancias de los actores concentrados de la comercialización de carne”.
De tal forma “enfrentamos el modo en que el Estado empuja a las familias productoras a la venta ilegal, luego penalizada con políticas de control de SENASA que, sin promover ningún tipo de instancia superadora, terminan aportando a garantizar los mercados monopolizados y la exclusión de los pequeños productores”, recordaron.
Ricardo Fernández es parte de la cooperativa “Peñi Mapuche”, de Ñorquinco, afiliada a la Regional Patagonia UTT, que “viene encabezando la lucha y poniendo en discusión la comercialización de la producción”. Hoy, después de casi 5 años, él y su familia “pueden vender sus corderos para abastecer al comercio minorista y a los sectores más postergados de nuestros pueblos con el objetivo de luchar contra el hambre y la injusticia”, remarcó.
El “corderazo” puso en evidencia “la arbitrariedad que existe en la clausura de campos y la falta de política pública que hoy como Unión de Trabajadores de la Tierra exigimos para acompañar y desarrollar canales de comercialización que saquen de la marginalidad y la exclusión a los cientos de familias que todos los días se organizan, luchan y producen alimentos para el pueblo”, aseveraron desde la organización.
Por su parte, Pablo Nahuelquir, referente del Grupo de Venta en Conjunto de Lana de Cushamen, dijo que “hoy muchos productores somos excluidos por la cadena de comercialización. Los pequeños crianceros de ovejas pueden vender la lana, pero los corderos son retenidos, sin posibilidad de venderlos como carne. En algunas zonas, SENASA entorpece el traslado de animales; además la región no cuenta con la logística e infraestructura adecuada. Es decir, no hay un circuito de comercialización acorde a la necesidad del pequeño productor ni para el consumo local”.
“Es por eso que con el corderazo queremos plantear propuestas concretas para solucionar este problema, que hace desaparecer a los productores”, insistió.
Asimismo, desde la U.T.T. puntualizaron que “en el contexto de crisis alimentaria que atravesamos, el acceso al consumo de carne se ha convertido en un lujo y solo es accesible para algunas pocas familias. La producción de carnes es además una importante fuente de trabajo, con amplia tradición en la región patagónica, que permite el arraigo de las familias productoras a la ruralidad”.
“Con medidas al alcance de los gobiernos provinciales del Chubut y Río Negro, con la simplificación de trámites administrativos y comerciales; la construcción de espacios de comercialización de la agricultura familiar y el apoyo en logística y distribución, las familias productoras percibirán un mejor precio por kilo de carne y las familias vecinas accederán a un alimento esencial a precio popular. Una propuesta concreta y realizable para contribuir a construir una Argentina sin hambre”, concluyeron.
Entre otras organizaciones, integran la Unión de Trabajadores de la Tierra en la región la Cooperativa de Trabajo Puerto Patriada (El Hoyo); la Asociación Apícola de la Comarca (Epuyén); el Grupo de Venta de Lana en Conjunto (Cushamen); la Cooperativa Peñi Mapuche (Ñorquincó); la Cooperativa Chacay Mamil (Gobernador Costa); Huerta Comunitaria (Trevelin); Asociación de Productores “Trabajando Juntos” (Costa del Lepa); Grupo de Hilanderas “Rescatando Cultura” (Gualjaina) y la Asociación de Productores de Río Lepá.
Fernando Bonansea