Volvió de China el martes pasado en un vuelo de Qatar Airways. A pesar de haber estado en una región donde circula el nuevo coronavirus , el hombre no quiso cumplir con las medidas de aislamiento y fue a trabajar a su supermercado de la ciudad de Zárate. Además, a pesar de que había tenido contacto con él, mandó a su hija de 12 años al colegio. Ahora, tanto él como su esposa, ambos ciudadanos chinos, fueron imputados en una causa penal, se les clausuró el comercio y se les embargó los bienes hasta cubrir la suma de 800.000 pesos.
Así lo informaron a LA NACIÓN fuentes judiciales. La decisión fue tomada por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay. «Sin perjuicio de que es de público conocimiento frente a la emergencia sanitaria mundial actual y sobre todo en consideración a que provenía del foco de contagio primigenio del virus, el comerciante no habría permanecido aislado en su domicilio al retorno de su viaje y regresó a su actividad habitual, es decir a atender el supermercado junto con su esposa», explicó el magistrado.
La directora del colegio donde estudia la hija de la pareja de comerciantes se comunicó con la Municipalidad de Zárate para avisar que el padre de la alumna había estado en China y que la niña había tenido contacto con él.
Desde la Secretaría de Salud se comunicaron con la comerciante, conocida como Mariposa. «La mujer le respondió a la doctora que la había llamado que su familia no se encontraba en cuarentena por el término de 14 días y que, de todas maneras, se negaba a aislarse y que iba a seguir atendiendo el local», según se desprende del expediente judicial.
Un médico fue a revisar a la familia y al «constatar que no tenían síntomas compatibles con el coronavirus les ordenó, por ser la autoridad sanitaria en la materia y conforme los lineamientos y recomendaciones que le fueran impartidos y vigentes a ese momento por parte del Ministerio de Salud de la Nación, que permanecieran aislados en ese domicilio en carácter de cuarentena por 14 días. Asimismo, como señala el protocolo, se les indicaron las líneas telefónicas a las cuales deberían comunicarse de presentar los síntomas propios de la enfermedad, sobre todo, fiebre. Finalmente, se les realizó un hisopado nasal orofaringio y se remitieron las muestras al Malbrán», explicó González Charvay en su resolución.
Pero a pesar de todas las recomendaciones la pareja volvió a abrir el supermercado. Entonces, el juez González Charvay ordenó la clausura del comercio para que la familia cumpliera con la «cuarentena». «De manera paralela, y atento a la posibilidad de identificar a empleados, clientes y familiares que hubieran tenido contacto con los investigados; se le confirió intervención a la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Zárate a fin de que tomen las medidas pertinentes», explicó el magistrado en su resolución firmada hoy.
La pareja, cuando termine el aislamiento, será indaga por violar el artículo 205 del Código Penal que establece una pena de prisión de seis meses a dos años «para quien violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia» .
También se les imputó el artículo 239 del Código Penal, que establece que será reprimido con prisión de quince días a un año la persona que «resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal».