“Permítanme decirles: la situación es seria. Tienen que tomarla también en serio. Desde la reunificación de Alemania… no, desde la Segunda Guerra Mundial, no se había planteado a nuestro país otro desafío en el que todo dependiera tanto de nuestra actuación solidaria mancomunada”.
Las palabras fueron pronunciadas este sábado por la canciller alemana, Angela Merkel, al referirse al impacto que tiene en su país la pandemia del civid-19.
Hasta este domingo 22 de marzo, el nuevo coronavirus había dejado más de 14.600 muertes en todo el mundo, según el cálculo de la Universidad Johns Hopkins
Algo que ha llamado la atención de los expertos es la baja tasa de mortalidad entre los pacientes alemanes comparada con la de otros países, como Italia o España.
Hasta este domingo, Alemania tenía 24.873 casos confirmados de covid-19, superando los poco más de 21.638 de Irán para convertirse en el quinto país con más contagios detectados.
La diferencia es que el número de muertos es de 94, comparados con los 1.685 de Irán, los 1.772 de España -que cuenta con algo más de 28.768 casos confirmados- o los más de 5.400 de Italia, el país con el mayor número de fallecidos por el coronavirus en el mundo.
Así, la tasa de mortalidad de Alemania es de casi 0,4%, mientras que la de Italia llega al 9,2%.
“No podemos decir con exactitud por qué la tasa de mortalidad es tan baja en Alemania, debido a que todavía estamos en una etapa temprana de la epidemia dentro del país”, explicó en un documento enviado a BBC Mundo el Instituto Robert Koch de Virología, responsable de la estrategia alemana frente al covid-19.
“Lo cierto es que hemos recomendado, desde el momento mismo en que tuvimos conocimiento de la emergencia, ampliar el número de exámenes entre la población y así reducir la posibilidad de contagio”, agregaron.
Una de las claves de la baja mortalidad podría ser la identificación temprana de los portadores del virus, lo que frena la expansión de la enfermedad.
«El caso alemán se debe especialmente a los exámenes de diagnóstico y demuestra que no es solo una buena manera sino un componente esencial de la lucha contra la pandemia», le dijo a BBC Mundo Jeremy Rossman, profesor de virología de la Universidad de Kent (Reino Unido).
Para Rossman hay que escuchar las palabras del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien dijo que no se puede combatir el virus si no se sabe dónde está. «Y eso es precisamente lo que hacen los exámenes».
«Las pruebas son un componente crítico para poder contener y mitigar esta pandemia. Esto requiere pruebas amplias en personas incluso con síntomas leves», agregó el académico.
Pruebas
Alemania también ha contado con el tiempo a su favor, ya que los primeros casos se detectaron dos o tres semanas antes que en algunos de sus países vecinos, lo que permitió a las autoridades tomar medidas para combatir la pandemia.
De hecho, los alemanes se estaban preparando incluso antes de que el coronavirus llegara al país (cosa que ocurrió el 27 de enero, cuando confirmaron el primer caso), con la creación de un comité permanente de vigilancia instalado el 6 de enero de este año, en vista de la preocupante expansión del virus en China.
Y fue allí donde incorporaron las pruebas de diagnóstico.
“El amplio alcance de los exámenes nos ha permitido identificar la epidemia desde una etapa muy temprana y eso nos ha servido para trabajar sobre ella”, había explicado Lothar H. Wieler, director del Instituto Robert Koch, en una rueda de prensa realizada la semana pasada.
Los números parecen apoyar su estrategia: el Instituto Koch detalló a BBC Mundo que Alemania tiene la capacidad de realizar 160.000 exámenes de diagnóstico por semana.
En Italia, donde la epidemia ha sido más devastadora, se han realizado 150.000 exámenes en total hasta este viernes. En Reino Unido, 50.000 y en España, 30.000.