El índice Dow Jones de la bolsa de Wall Street perdió casi 33% desde que se conoció la primera víctima mortal por coronavirus en los Estados Unidos, mientras que el indicador ampliado S&P 500 descendió casi 29% y el tecnológico Nasdaq algo más de 23%.
Las pérdidas que se contabilizan en marzo –tras el primer deceso en ese país, el 29 de febrero-, reflejan no sólo la virulencia de la crisis sanitaria sobre la economía mundial, sino también los efectos que en el tiempo puede tener sobre la oferta y la demanda globales.
El mercado petrolero es un fiel reflejo de lo que el coronavirus puede provocar en los mercados, más allá de la guerra de precios que sostienen Rusia y Arabia Saudita.
La oferta también se vio afectada debido al abrupto corte en el comercio mundial, que colocó al suministro de insumos entre los sectores más afectados.
Globalización
La crisis desnudó el costado más débil de la globalización y su apuesta por la utilización de mano de obra barata, sin medir las consecuencias: el desarrollo chino, basado en la utilización de bajos costos laborales, alcanzó niveles superlativos hasta fines de 2019 y atrajo como un imán a las principales corporaciones mundiales.
Las compañías globales trasladaron gran parte de su producción a China y eso terminó de crear el mayor imperio manufacturero del mundo, tanto de bienes terminados como de insumos intermedios.
La pandemia puso al desnudo las fallas del sistema: hoy se necesitan fármacos, drogas y medicamentos que en la mayoría de los casos se producen allí.
En sentido inverso, las plantas chinas requieren de la alta tecnología que se produce en Occidente para la producción de vehículos o aparatos médicos y ante el abrupto corte del comercio internacional se paralizó la producción, lo cual repercutió en el empleo.
Se calcula que sólo en los Estados Unidos los pedidos de subsidios por desempleo se incrementarán este mes al doble de la tasa con que venían creciendo, a pesar de todos los estímulos que recibieron las empresas estadounidenses durante la presidencia de Donald Trump.
De allí que la monumental ayuda financiera lanzada por la Casa Blanca sea considerada todavía escasa para empezar a neutralizar los efectos de la pandemia.
Incertidumbre global
Un informe de la agencia de riesgo crediticio Moody’s da cuenta que «una fuerte contracción de la economía global, al menos en el segundo trimestre, parece inminente».
La incertidumbre permanecerá varios meses, auguró la calificadora, y llevará «al menos varios meses determinar cuánto tiempo demandará contener la propagación del virus y cómo las empresas y los hogares enfrentarán las pérdidas en su resultado financiero».
La agencia explicó que «la volatilidad del mercado financiero está en los niveles que ocurrieron por última vez durante la crisis de 2008».
El índice VIX elaborado por el Mercado de Chicago, que mide precisamente la volatilidad y la inestabilidad en las bolsas norteamericanas, anotaba 40 puntos el 28 de febrero pasado cuando la crisis del Covid-19 asestó el primer golpe en los EEUU y llegó a alcanzar 83 puntos el lunes «negro» del 16 de marzo, para cerrar la semana en 66 puntos.
Las fuertes oscilaciones mostraron el desconcierto entre los operadores e inversores, en momentos en que todos los gobiernos del mundo están lanzando paquetes de ayuda para amortiguar el golpe.
Trump, que en noviembre de este año se juega la reelección, lanzó un paquete de asistencia financiera por un billón de dólares, a lo que se sumaron las líneas de rescate que lanzó la Reserva Federal para rescatar deuda de empresas, Estados y municipios, y se espera que el lunes el Senado apruebe más asistencia financiera.
«Quiero conseguir dinero para los trabajadores», dijo Trump, y agregó que si no hay suficiente dinero en esta ronda de estímulo, «haremos algo más tarde, estoy seguro».
Por ahora el impacto del virus alcanza a los mercados de todo el mundo: el índice S&P 500 cayó a su nivel más bajo en tres años; la Unión Europea dijo que la recesión de este año podría ser tan mala como la de 2009; y Goldman Sachs advirtió que la economía de Estados Unidos podría reducirse nada menos que un 24% interanual en el segundo trimestre.