En las últimas horas la policía de Chubut ha sido protagonista excluyente, pero no por llevar calma a la población y hacer sentir seguros a sus ciudadanos que promete «servir y proteger», sino por una serie de hechos violentos que dejan expuestos sus métodos que lesionan un estado de derecho.
Alentados por un ministro de Seguridad desatado y un jefe de Policía que cuenta en su haber con el antecedente de Corcovado en marzo de 2009, efectivos del orden incurren en abusos y apremios que en este país terminaron en 1983, cuando llegó a su fin la dictadura militar.
Es cierto que en estos 37 años se registraron episodios de apremios ilegales y abusos de integrantes de fuerzas de seguridad, pero siempre fueron casos aislados que llevaron a procesos judiciales, más allá de que luego haya habido –o no- condenas.
Pero lo que ocurre en Chubut por estos días no registra antecedentes. Desde un trabajador de la salud intimidado yendo al hospital hasta el asesinato de un perro, la policía actúa con total impunidad.
Tiempos oscuros
La detención arbitraria de un joven comodorense que se dirigía a comprar remedios a su madre que no puede caminar fue la gota que hizo rebalsar el vaso y generó masivo repudio por parte de quienes vieron ese video que la propia policía grabó vaya a saberse con qué fin.
El sábado, un trabajador de la salud fue intimidado por un miembro de las fuerzas policiales provinciales a pesar de contar con su DNI y recibo de sueldo como comprobante de labor en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia.
En momentos de incertidumbre, donde los habitantes esperan estar protegidos por el Estado y las fuerzas de seguridad, el personal policial solo lleva intimidación y persecución por “portación de cara” a la población que ya se comenzó a expresar en las redes sociales en contra de estos atropellos que hacen recordar épocas donde no regía el estado de derecho, cuando se detenía la circulación de transportes públicos y se hacía descender a los pasajeros para pedirles su DNI y luego se llevaban alguno esposado, indicó El Patagónico.