Aunque el Presidente Alberto Fernández tiene previsto hacer una última ronda de consultas con el consejo de expertos en Salud, en el Gobierno nadie duda de que el aislamiento social preventivo y obligatorio continuará más allá del 26 de abril. Cuenta, como indicó el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; con el “acuerdo” de los gobernadores, a pesar de que la mayoría de las provincias comienza a sentir el impacto de la baja de la recaudación y afronta serias dificultades para pagar los sueldos de los empleados públicos, por lo que esperan el desembolso de la ayuda excepcional que les prometió el Presidente para paliar la crisis.
Los mandatarios ya hicieron saber de los problemas financieros que afrontan. No sólo en la cumbre que mantuvieron la semana pasada en la Quinta de Olivos, cuando rodearon a Alberto F. para apuntalar la oferta que les hizo a los bonistas para renegociar la deuda, sino en los contactos que mantienen con De Pedro y la secretaria de Provincias, Silvina Batakis, y con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
El primero que planteó su preocupación públicamente fue el jujeño Gerardo Morales, de Juntos por el Cambio; quien ya había anticipado complicaciones al abrir las sesiones ordinarias de la Legislatura provincial y este martes volvió a reconocer que su provincia está “a la parrilla” en materia financiera. “Estamos muy mal fiscalmente”, admitió, al exponer sobre la abrupta caída en la recaudación que ocasionó la cuarentena.
Morales precisó que Jujuy tenía previsto recaudar 2.800 millones de pesos por coparticipación, pero que no va a superar los $2 mil millones.
“Vamos hacer lo que sea para pagar el neto de sueldos de la administración pública, porque entendemos que no sólo es importante por el derecho del sueldo de los trabajadores”, prometió.
Morales le hizo llegar a De Pedro la situación de su provincia. Lo mismo que el riojano Ricardo Quintela, otro de los que admitió en un raid mediático que se le iba a hacer “difícil” pagar los sueldos y que juntaban “peso por peso” para poder cumplir.
Omar Gutiérrez, gobernador de Neuquén, puso a su ministra de Gobierno, Vanina Merlo, como portavoz del tema. “La caída de los ingresos en abril, que se proyectan en mayo, representa aproximadamente un mes de salario de todos los empleados provinciales”, graficó. La asociación no fue casual.
Tampoco casual es la situación de Chubut, que arrastra una grave situación financiera desde hace dos años y que se agravó todavía más. Las gestiones del chubutense Mariano Arcioni ante De Pedro son constantes.
Pero estos no fueron los únicos que trasladaron la inquietud. Más: según pudo saber Clarín, salvo la Ciudad de Buenos Aires, Catamarca, Formosa, La Pampa, San Juan y Santiago del Estero, por lo bajo todos los mandatarios manifestaron sus preocupaciones al respecto a la Casa Rosada. Incluido el cordobés Juan Schiaretti, que en Córdoba, una provincia que siempre pudo prescindir de acudir a Nación, vio cómo se cayó estrepitosamente la recaudación y hace dos semanas tuvo que recurrir a la emisión de un bono por $9 mil millones para pagarles a los proveedores.
Estos avisos de los gobernadores no implican que no vayan a pagar los sueldos en mayo. Incluso, hasta el momento ninguno optó por decretar rebajas de salarios y la implementación de las cuasimonedas por ahora es sólo un fantasma. Pero sí es una advertencia de que la situación se puede agravar en el corto plazo si el aislamiento se prolonga y Nación no refuerza la asistencia: hasta el momento, el Gobierno liberó una sola cuota de 20 mil millones de pesos de los 60 mil que comprometió Nación en concepto de Aportes del Tesoro Nacional.
La idea de los gobernadores es que el próximo giro vía ATN sea doble o que se acelere en la instrumentación de los créditos preferenciales y a tasas muy bajas que concederá a través del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial.
Sucede que el problema que deben resolver los gobernadores también es doble: a la merma en la recaudación provincial se le suma el rojo de los municipios. Un caso emblemático de esto es la provincia de Buenos Aires: Axel Kicillof tendrá que cubrir a un grupo importante de intendentes que no llegan a pagar los salarios. Algunos municipios registran caídas de hasta el 70 por ciento de la recaudación.
Alineados con Fernández, pese a todas estas dificultades, ningún mandatario por ahora se anima a diferenciarse y pedir una apertura masiva de actividades en sus provincias. En parte, por obediencia política, pero especialmente porque la preocupación sanitaria todavía es mayor al panorama económico. “Si pido abrir actividades como me piden los empresarios y se dispara la cantidad de infectados, ¿de qué me disfrazo? Sería una locura desperdiciar el esfuerzo que se hizo”, fue la conclusión que hizo ante Clarín un gobernador de una provincia de las que menos casos confirmados de coronavirus tiene y que no registra positivos en los últimos días.