Un equipo de médicos catalanes, junto a expertos de otros países, identificó un fármaco que bloquea los efectos del COVID-19 en su etapa temprana de infección.
Los investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), liderados por Núria Montserrat, han conseguido descifrar cómo el SARS-CoV-2 interacciona e infecta las células humanas del riñón y, a partir de ahí, han visto el potencial del fármaco que se encuentra en fase clínica de pruebas.
Para hacer los ensayos, los investigadores han utilizado ‘minirriñones’, desarrollados a partir de células madre humanas generados en el IBEC por el equipo de Montserrat. Estos organoides, creados mediante técnicas de bioingeniería, que recogen la complejidad del órgano real, lo que les ha permitido descifrar cómo el virus infecta las células humanas del riñón, además de identificar una terapia dirigida a reducir su carga viral.
“El uso de organoides humanos nos permite probar de manera muy ágil los tratamientos que ya se están utilizando para otras enfermedades o que están cerca de ser validados. En estos momentos en los que el tiempo apremia, estas estructuras 3D ahorran drásticamente el tiempo que destinaríamos a probar un nuevo medicamento en humanos”, ha comentado Montserrat.
Las autoridades sanitarias autorizaron el jueves un ensayo urgente con 200 enfermos graves de COVID-19 en hospitales de Alemania, Austria y Dinamarca. El fármaco se denomina APN01 y está por ver si funciona y no tiene efectos tóxicos indeseados.
APN01 se une a un arsenal de tratamientos experimentales que se prueban contrarreloj, como el Interferon, medicamento creado por Cuba que puede detener el COVID-19; la cloroquina y la hidroxicloroquina, empleadas contra enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis.
En el mundo, más de un millón de personas se han contagiado por el coronavirus y más de 55 000 han muerto, hasta el momento, según la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.