La rápida propagación del coronavirus en Ecuador ha puesto en jaque al sistema sanitario de la provincia costera de Guayas, y en especial de su capital Guayaquil, donde las autoridades luchan por ampliar las capacidades hospitalarias y se siguen recogiendo cadáveres en las casas.
El viceministro de Atención Integral del Ministerio de Salud Pública (MSP), Ernesto Carrasco, llamó este viernes al personal del ámbito sanitario a que contribuya a enfrentar la emergencia y reiteró que el Gobierno dispone de recursos necesarios al anunciar 120 nuevas contrataciones de facultativos solo para Guayaquil.
La provincia de Guayas sigue siendo la de mayor número de contagios, con 2.388, mientras que Pichincha, cuya capital es Quito, tiene 285, de los 3.368 positivos en todo el país.
El número de fallecidos por la COVID-19 reportados ascendieron hoy a 145, y según Carrasco, otras 101 víctimas podrían haber fallecido como consecuencia del virus.
CONTINUA LA RECOLECCIÓN DE CADÁVERES
A lo largo de la jornada, la recolección de cadáveres que no pudieron ser levantados en la última semana por la falta de espacio en las morgues en Guayaquil, bajo un toque de queda de 15 horas al día, continuó hoy por parte de las autoridades.
El secretario de la Presidencia, Juan Sebastián Roldán, indicó que en la víspera se habían recolectado un centenar de cuerpos que quedaban en domicilios y calles en la última semana.
Esos cuerpos fueron trasladados para su inhumación al cementerio Parques de la Paz, en el sector La Aurora, al norte de la urbe, y se esperaba que a lo largo de la jornada que otros 80 siguieran el mismo destino tras recibir los familiares el respectivo certificado de defunción.
En unas imágenes difundidas por la Secretaría de Comunicación, se aprecia el proceso seguido por los funcionarios de Medicina Legal que están acudiendo a los domicilios.
Vestidos con trajes especiales blancos, guantes y mascarillas, los expertos proceden a identificar a la víctima y registrarla, etiquetarla por causa de fallecimiento y hasta sacarla del féretro adquirido por la familia para introducir el cuerpo en un furgón dentro de una funda oscura.
Las imágenes muestran cómo los cadáveres son transportados a uno de los contenedores refrigeradores donados al Municipio guayaquileño esta semana para tratar de resolver el acuciante problema de la falta de espacio en depósitos mortuorios.
En las labores de levantamiento participan efectivos de la Fuerza Tarea Conjunta del Ejército ecuatoriano, la Policía Nacional y del Municipio de Guayaquil, bajo la coordinación del presidente del directorio de BanEcuador, Jorge Wated, que aceptó la asistencia ofrecida por la alcaldesa, Cynthia Viteri, en ese sentido.
AÚN NO HA TERMINADO EL CALVARIO
Sin embargo, pese a la que las autoridades dicen tener la situación controlada en su mayor parte, aún hay cuerpos en las viviendas que siguen sin ser recogidos.
Uno de ellos es el de la madre de Silvia Franco, fallecida hace dos días y pese a las insistentes llamadas al servicio de emergencias ECU 911, aún no le confirman cuándo van a ir a su casa.
«Mi mamá falleció a las 5 de la mañana de ayer y nadie ha venido. Mi marido fue a tratar de conseguir un ataúd por su cuenta, pero le dicen que ya no hay, y tampoco hay turnos en el cementerio Jardines de la Esperanza para enterrarla», relató a Efe.
A ese camposanto acuden a diario decenas de personas que buscan espacios para sepultar a los suyos. Durante la tarde de hoy, la fila de espera se extendía casi hasta el final de la cuadra y al menos una decena de camionetas aguardaban su turno cargados con los cuerpos en la parte trasera.
LAS ENFERMERAS EXIGEN SEGURIDAD
Aunque el Gobierno insiste en que los centros médicos cuentan con los suficientes insumos, camas y profesionales para hacer frente a la pandemia, el personal sanitario exige protección y denuncia la saturación hospitalaria.
La portavoz del Colegio de Enfermeras de Guayas, Liliana Triana, explicó a Efe que el gremio «está viviendo un momento muy crítico» y reveló que cinco compañeros han fallecido, 80 dieron positivo para coronavirus y 380 están bajo sospecha.
El gremio ha subido en redes sociales vídeos en los que aparecen enfermeras enfermas y que no fueron atendidas ni siquiera en el hospital Francisco de Icaza Bustamante, donde trabajan.
«Nosotras, que hemos dado toda nuestra vida al cuidado de los pacientes y ahora que necesitamos cuidado, no tenemos quien nos ayude», denunció Triana.
Asegura la portavoz que «muchas han decidido renunciar por miedo a exponer a sus familias» al no contar con el material y prendas de bioseguridad que las protejan del virus en su labor diaria.
Entretanto, las redes también han mostrado grabaciones de largas colas de vehículos particulares cuyos conductores esperaban para recargar bombonas de oxígeno en una empresa ubicada en la vía Daule, al noroeste de Guayaquil.