La pandemia del coronavirus repunta en países como Corea del Sur, que ha controlado la epidemia desde el inicio; incrementa su intensidad en Rusia, que se sitúa en el tercer lugar en contagios, y en la mayoría se preparan o han iniciado la desescalada en medio de polémicas sobre su oportunidad.
Si cada país, incluso cada continente, tiene una velocidad de transmisión y una forma de abordar la enfermedad y la desescalada del confinamiento, también la forma de percibir la COVID-19 por parte de los dirigentes mundiales y de la ciudadanía es diferente en el planeta.
Según los últimos datos de la Universidad independiente Johns Hopkins de Baltimore (Mayland, EE.UU), el mundo registra ya 4.118. 783 contagios desde el inicio de la pandemia y 282.872 muertes.
Rusia, el tercer país con más contagios
Rusia se sitúa en el tercer lugar del mundo en número de contagios al registrar 221.344 y solo por detrás de Estados Unidos con 1,3 millones y los 224.350 de España, informaron las autoridades sanitarias, que coincide con los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Así, supera hoy al Reino Unido e Italia en número de contagios por COVID-19 al sumar en las últimas 24 horas otros 11.656 casos, de los que el 46,5 % son asintomáticos.
Diferente es el caso de los decesos. Según fuentes oficiales, Rusia, pese a sus 145 millones de habitantes, estima los fallecimientos por coronavirus en 2.009 después de registrar el domingo otros 94 decesos. Y le superan 17 países de diferentes continentes.
Desde el pasado 30 de abril, cuando Rusia superó los 100.000 casos, este país ha más que duplicado las cifras de contagios.
Según virólogos citados por la prensa local, el aumento exponencial de las cifras de casos está estrechamente vinculado con el drástico incremento en el número de test, que rondan los 5,5 millones.
Corea del Sur trata de controlar el rebrote
Las autoridades de Corea el Sur, uno de los países que mejor control han tenido de la epidemia desde el inicio por la realización de test masivos, tratan de localizar a unas 3.000 personas que visitaron los locales de ocio nocturno en los que se ha originado un nuevo brote de coronavirus en Seúl con el fin de controlarlo.
El sábado se detectó un rebrote con 34 nuevos casos, la mayor cifra diaria desde el pasado 9 de abril, 8 son importadas, y 26 contagios comunitarios.
El alcalde de la capital surcoreana, Park Won-soon, dijo en una entrevista con la radio pública KBS que el consistorio tiene datos de 5.517 personas que visitaron los cinco locales nocturnos afectados -los cuales registraban los nombres y teléfonos de todo el que entraba- entre el 30 de abril y el 5 de mayo.
No obstante, Park adelantó que solo se ha podido contactar de momento a 2.405 para que se sometan a test y se aíslen, y que se estima que 1.982 personas pudieron dar datos falsos al tratarse de establecimientos ligados a la comunidad LGTBI, fuertemente discriminada en Corea del Sur.
Las autoridades surcoreanas han enviado mensajes SMS a todos los números del país pidiendo que aquellos que visitaron los cinco establecimientos en esas fechas se sometan a test PCR y se aíslen 14 días aunque den negativo.
Estados Unidos apuesta por la reapertura de la economía
Con las elecciones de noviembre cada vez más cerca, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha apostado todo su capital político a la reapertura de la economía que registra su mayor tasa de desempleo desde 1930 y, al mismo tiempo, ha aceptado el riesgo de que esa decisión provoque una segunda ola de contagios.
Los responsables económicos del Gobierno de Trump este domingo desfilaron por las grandes cadenas de televisión con un mismo mensaje: existen protocolos para minimizar el riesgo de volver al trabajo y es necesario hacerlo cuanto antes para paliar los estragos del parón económico.
Estados Unidos es el país donde el COVID-19 está causando más estragos con más de 1,25 millones de casos confirmados de COVID-19.
A pesar de esta situación, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, no tiene previsto ponerse en cuarentena a pesar de que su principal portavoz de prensa haya dado positivo en coronavirus, anunció en un comunicado la oficina vicepresidencial.
Una escalada polémica en Europa Occidental
En el Reino Unido, los gobiernos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte han confirmado que mantendrán el mensaje de “quedarse en casa”, en lugar de adoptar el promovido por el ejecutivo de Londres, que se plantea un desconfinamiento gradual.
Las muertes por el nuevo coronavirus ascendieron este domingo en el Reino Unido a 31.855, tras sumar 269 en 24 horas, el mayor número de decesos en Europa, admitió el Gobierno.
En Alemania el número de nuevos contagios causados por una persona infectada volvió a subir por encima de 1, después de que en los últimos días cayera incluso hasta el 0,65, según el Instituto Robert Koch de virología.
El dato ha causado inquietud a menos de 24 horas de que reabrieran el lunes algunos de los principales museos del país, de acuerdo con el plan de desescalada ya iniciado.
Francia contabilizó el domingo solo 70 nuevos muertos, el balance diario más bajo desde el inicio del confinamiento, según las autoridades sanitarias, lo que causó cierto grado de optimismo ante el inicio hoy de una desescalada progresiva.
También en Italia las perspectivas eran optimistas después de que el primer ministro, Giusepe Conte, anunciará que el país no tendrá un verano en cuarentena, y los italianos podrán ir a la playa, a la montaña y gozar de la belleza de sus ciudades.
El debate se instalaba en paralelo en España, donde varias regiones y ciudades cuestionaron el plan de desescalada del gobierno central, que consideran demasiado restrictiva y que ha privilegiado la seguridad sanitaria sobre la reactivación económica, lo que provoca preocupación en sectores sociales y empresariales.
Coronavirus mundo
Italia permite ya la apertura de algunos comercios como las librerías. EFE/EPA/MAURIZIO BRAMBATTI
Brasil, el segundo país americano más afectado
En América, el continente al que la pandemia ha llegado con mayor retraso, Brasil sobrepasaba las 10.000 muertes, una cifra que sitúa al país como sexto del mundo más afectado, y el segundo americano tras Estados Unidos.
El presidente Jair Bolsonaro insiste, no obstante, en restar importancia a la situación en el gigante sudamericano, de 210 millones de habitantes y con más de 150.000 infectados.
El mandatario brasileño llego a comparar las medidas de aislamiento adoptadas por los estados de su país para frenar el avance del coronavirus con la crisis que atraviesa Venezuela.
Bolsonaro, contrario a las cuarentenas, publicó un vídeo en sus redes sociales de una fiscalización de agentes de la policía en un autobús en el estado de Maranhao, en el noreste y el primer estado brasileño en decretar el confinamiento total de la población.
En la grabación, un policía adentra el autobús, lleno de gente pese al confinamiento, y afirma que quienes no tengan un permiso oficial para salir durante el confinamiento absoluto deberán bajarse del vehículo y regresar a casa.
“Así el pueblo está siendo tratado y gobernado por el PCdoB/MA (Partido Comunista de Brasil) y situaciones similares en otros estados”, escribió el mandatario brasileño.
“El jefe de familia debe quedarse en casa teniendo hambre con su familia. Millones ya sienten cómo es vivir en Venezuela”, concluyó.